Belén y Gaza vuelven a celebrar la Navidad tras dos años de bombardeos
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La Navidad regresó a los territorios palestinos por primera vez desde 2023. Al compás de tambores y bajo un cielo rutilante, jóvenes palestinos desfilaron este miércoles en las calles de Belén, para dar inicio a la primera Navidad festiva después de dos años ensombrecidos por la guerra de Gaza. Durante toda la guerra, que un comité de Naciones Unidas calificó como un genocidio perpetrado por Israel contra la Franja de Gaza, un tono sombrío marcó las Navidades en Belén, ciudad bíblica donde nació Jesucristo.
Pero el miércoles las celebraciones volvieron con fuerza en la ciudad de Cisjordania ocupada, mientras se mantiene una frágil tregua en la Franja de Gaza, donde cientos de miles de personas afrontan el invierno en tiendas improvisadas. Cristianos de todas las edades se dirigeron a la céntrica Plaza del Pesebre, donde espectadores se asomaban desde los balcones del edificio municipal para observar las celebraciones. Cientos de personas participaron en el desfile del grupo scout salesiano por la estrecha calle de la Estrella de Belén. “Se siente que la Navidad llegó de verdad”, se alegró Milagros Anstas, de 17 años, con su uniforme azul y amarillo. “Es un día lleno de alegría, porque antes no podíamos celebrar debido a la guerra”, declaró. Un imponente árbol de Navidad, cubierto de esferas rojas y doradas, brillaba junto a la Iglesia de la Natividad. La basílica data del siglo IV y fue construida sobre una gruta donde los cristianos creen que Jesús nació hace más de 2,000 años. Por su parte, el papa León XIV llamó el martes a una tregua global de un día por Navidad. “Renuevo mi llamado a todas las personas de buena voluntad para que respeten un día de paz, al menos en la festividad del nacimiento de nuestro Salvador”, declaró el pontífice en la residencia de Castel Gandolfo, cerca de Roma.
La Navidad regresa también a Gaza
Un regreso esperado por Belén El municipio de Belén optó por reducir las celebraciones navideñas mientras la guerra asoló Gaza, territorio costero palestino geográficamente separado de Cisjordania por Israel. Un alto el fuego mediado por Estados Unidos entre Israel y Hamás, que comenzó en octubre, detuvo los combates a gran escala en Gaza, aunque muchos siguen afrontando una vida de penurias tras perder sus hogares y a sus seres queridos. El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, llegó a Belén antes de presidir la tradicional misa del Gallo en la Iglesia de la Natividad. Los habitantes de Belén, cuya economía depende casi por completo del turismo, esperan que el regreso de las celebraciones navideñas devuelva la vida a la ciudad y reactive la llegada de visitantes. En los últimos meses los peregrinos cristianos comenzaron lentamente a regresar la ciudad santa. “Es un lugar muy especial”, comentó George Hanna, originaria de Beit Jala. “Necesitamos transmitir ese mensaje a todo el mundo y esta es la única manera. Además, ¿qué es la Navidad sin celebrarla?”, subrayó. Pizzaballa visitó la devastada Franja de Gaza durante el fin de semana y celebró una misa de Navidad en la parroquia de la Sagrada Familia, en Ciudad de Gaza, el domingo. “Para mí es una gran lección que incluso aquí en Gaza, en la situación quizá más deprimente del mundo, es posible celebrar la Navidad”, dijo el patriarca latino a medios de comunicación, de acuerdo con la agencia EFE.
Pizzaballa, de la orden franciscana, es la máxima autoridad católica en Tierra Santa. Su título de Patriarca Latino de Jerusalén, desde 2020, le convierte en el representante del papa en la zona y quien supervisa las iglesias de rito latino en Israel, Palestina, Jordania y Chipre. En Gaza, la comunidad cristiana está compuesta por alrededor de un millar de personas, la mayoría de la rama greco-ortodoxa y tan solo unos 180 católicos. Estos últimos se refugian desde hace casi un año en esta iglesia y otro recinto religioso de la capital gazatí, en lugar de haber huido al sur como les exigió el Ejército israelí. “La situación de la comunidad cristiana (en Gaza) no es muy diferente de las otras. Lo han perdido todo y están viviendo aquí de una manera muy precaria”, añadió Pizzaballa. El jerarca católico añadió que la Iglesia, ante todo, está centrada ahora en habilitar los colegios de la Franja pues “no hay futuro sin educación”, en apoyar junto a otras organizaciones el devastado sistema sanitario y, en tercer lugar, la disposición de viviendas para los casi dos millones de gazatíes forzosamente desplazados. En ese territorio cuyas fronteras están cerradas, donde la ayuda humanitaria llega de manera insuficiente según la ONU, pese a la entrada en vigor de una tregua el 10 de octubre, la escasez impide a la población que nada tiene enfrentar un invierno especialmente frío y lluvioso. De acuerdo con un informe de la ONU, 761 sitios, que albergan a unos 850, 000 desplazados, presentan un riesgo elevado de inundación en la Franja de Gaza. Alrededor del 92% de los edificios resultaron dañados o destruidos durante la guerra, que grupos de derechos humanos y un comité Naciones Unidas, califican de un genocidio contra la población palestina. Durante los dos años de ataques, Israel mató a más de 65,000 palestinos en la Franja de Gaza, de acuerdo con recuentos del Ministerio de Salud de Gaza.
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