Escocia, una región en manos de medio millar de propietarios
La posesión de la tierra en Escocia es singular. Símbolo de estatus, denota poder e implica supremacía económica, pero detrás de un privilegio al alcance de una exclusiva minoría subyace uno de los modelos más dispares del mundo occidental. La concentración de suelo en un reducido grupo de propietarios supone una anomalía en el propio Reino Unido, un patrón que genera una estructura profundamente desigual que acarrea tensiones y potencial abuso de poder. El sistema escocés de documentación de tierras es también el más antiguo del mundo y el reciente intento de modernizarlo, con un registro integral que debía finalizarse para 2024, ha quedado abandonado por inviable.
