La izquierda y la derecha: la paradoja del libre comercio

Durante los sexenios de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari se estableció un cambio en el modelo de desarrollo económico de una economía cerrada a las importaciones de bienes y servicios del extranjero y abierta a la exportación de mercancías al exterior aplicada por José López Portillo, hacia algo completamente abierto al comercio exterior así, comenzó una larga lista de acuerdos comerciales que nos hacen la nación con mayor número de estos instrumentos en el mundo. En lo interno, con menos éxito, se pretendió liberar los mercados, desregular la actividad económica y adelgazar el tamaño del gobierno. Durante este periodo México se incorporó a la OMC y el gobierno pasó de 444 empresas públicas a 22. En la actualidad con los gobiernos de Morena, se da un nuevo giro para fortalecer la presencia del Estado en el proceso económico, aunque en lo externo se sigue apostando por la apertura comercial. Si bien el presidente López Obrador se negó a firmar el acuerdo comercial propuesto por el presidente Donald Trump, el senado con mayoría de Morena lo ratificó lo que resultó harto conveniente pues nuestra economía se sostiene gracias al intercambio comercial con EU. 

Nuestra presidenta Claudia Sheinbaum no ha mostrado duda alguna de la conveniencia de mantener el comercio internacional abierto y creciente incluso buscando nuevos mercados que complementen el abultado intercambio que se tiene principalmente con EU. A toda costa ha querido impedir la estrategia del gobierno de nuestro socio comercial de promover más proteccionismo. Las concesiones que ha dado, básicamente, se centran en mantener la actitud de no caer en un juego de intercambio arancelario. Los beneficios del libre comercio, sin embargo, deben verse reflejados en las entidades del sur del país, las cuales han estado ausentes de ello en los 32 años que estamos cumpliendo de integración comercial con el mundo. La renegociación del T-MEC prevista para el verano del 2026 comenzó un año antes, motivada por la economía más fuerte de la región de Norteamérica. Lamentablemente con esta revisión se empata con la presión fundada de EU para detener el trasiego de droga y personas desde nuestro país. El que el socio más importante del acuerdo tenga una visión orientada a su propio país mezclada con el tema de la seguridad no es una buena noticia. En este sentido es previsible que EU sea el más beneficiado hacia adelante con el aderezo de que terminemos con 2 tratados en los que ese país divida en 2 su relación comercial o bien pasar de un acuerdo trilateral de libre comercio a uno simplemente de aranceles. La paradoja estriba en que un gobierno de izquierda (México) esté defendiendo el libre mercado y un gobierno de derecha (EU) busque algo proteccionista, ése es el mundo de hoy en donde todos los temas pueden moverse de un polo a otro menos el dinero.

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