La rotación de CEOs se acelera en 2025: Las juntas buscan lideres para un futuro incierto
La rotación de CEOs tomó un nuevo impulso en 2025. Tras un periodo de relativa estabilidad posterior a la pandemia, las empresas están acelerando los cambios en los puestos directivos, no por crisis internas ni por malos resultados, sino por la necesidad de prepararse para un entorno inciertos.
De acuerdo con un estudio de Harvard Business Review, la rotación de directores aumentó, al pasar de un mínimo histórico de 9.8% en 2024 a 12.5% en el 2025.
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A pesar de que podría creerse que este cambio se debe a un mal desempeño de los CEO, la realidad es que está empujado por la constante volatilidad macroeconómica, los cambios en los requisitos de habilidades de liderazgo y el aumento de la contratación externa de directores ejecutivos.
De hecho, la tasa de salida forzada disminuyó al pasar del 16.3% en el 2020 al 15.2% este año. “Lo que sugiere que la mayoría de las transiciones no son reacciones a una crisis o a un bajo rendimiento, sino acciones oportunistas de las juntas directivas para abordar proactivamente la sucesión”, destaca el informe.
Es decir, es un cambio fundamental en la forma en que las juntas directivas aborda la continuidad del liderazgo, pues usan la sucesión del CEO no solo como una medida correctiva, sino como una herramienta estratégica para preparar mejor a las empresas para un futuro cambiante e impredecible, marcado por tecnologías emergentes y tensiones geopolíticas.
Transiciones de liderazgo, un relevo acelerado
Esta aceleración de salida de CEOs también está influenciada por directivos que habían postergado su retiro para gestionar las empresas ante la volatilidad y la incertidumbre macroeconómica pospandemia.
El informe revela que en 2024 los CEOs que dejaron su cargo habían permanecido un promedio de 7.4 años, mientras que en 2025 el tiempo aumentó a 9.3 años.
“Dado que muchos de estos directores ejecutivos eran experimentados y exitosos en empresas de alto rendimiento, sus salidas elevaron las tasas de rotación general en los cuartiles superiores de rendimiento”.
Para las empresas, este escenario confirma que ya no es viable aplazar las transiciones hasta que regrese la estabilidad, especialmente ante una transformación tecnológica acelerada por la Inteligencia Artificial.
La búsqueda de talento externo se intensifica
El nuevo liderazgo y los cambios macroeconómicos están llevando a las organizaciones a revaluar las habilidades de los CEOs necesarias para satisfacer las cambiantes demandas del puesto directivo, de hecho, los nombramientos externos en el S&P 500 casi se duplicaron, alcanzando el 32.7 % en 2025, lo que redujo las promociones internas por debajo del 70% por primera vez en ocho años.
“Estos datos pueden indicar un mayor enfoque en incorporar nuevas perspectivas para abordar problemas novedosos o esfuerzos transformadores, en lugar de confiar en la experiencia probada y verdadera adquirida internamente”.
¿Cómo liderar transiciones solidas?
La planificación de la sucesión es clave para respaldar e impulsar la estrategia de la organización, y no solo una reacción a la salida de un director ejecutivo, por ello, las juntas directivas pueden adoptar las siguientes medidas para garantizar que sus transiciones de liderazgo sean más intencionales y proactivas.
Planificación de sucesión: La planificación sucesoria debe formar parte de la supervisión de riesgos, las revisiones estratégicas y el análisis anual de talento, no ser un evento aislado. Esto implica revisar periódicamente la preparación de candidatos internos y vincular los posibles escenarios a planes de crisis, transformación y continuidad operativa.
Fortalece el talento interno: Aunque la contratación externa está en auge, los ascensos internos aún representan más de dos tercios de todos los nombramientos de directores ejecutivos. Integrar el desarrollo de liderazgo en las revisiones estratégicas a largo plazo ayuda a preparar a los candidatos internos antes una posible transición urgentes, a la vez que permite a las empresas fortalecer sus plantillas.
Actualizar los marcos de competencias: Las juntas directivas deberán actualizar anualmente sus marcos de competencia, para garantizar que los directivos estén preparados para los desafíos del futuro. Este marco debería priorizar la agilidad, la gestión de las partes interesadas y la fluidez digital por encima de la experiencia laboral o la experiencia operativa tradicional.
La rotación de directivos en 2025 evidencia una nueva mentalidad empresarial: las organizaciones ya no esperan a que surja una crisis para renovar a sus líderes. En un entorno impulsado por la IA, la incertidumbre geopolítica y los cambios en los modelos de negocio, las juntas directivas están convirtiendo la sucesión en una herramienta estratégica para fortalecer a sus empresas y prepararlas para un futuro.
