Liverpool y Palacio de Hierro llegan al fin de año con menos ventas y más clientes deudores
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El fin de año encuentra a Liverpool y Palacio de Hierro con una presión creciente: el aumento de clientes morosos. El enfriamiento del consumo y la cautela de los hogares han comenzado a reflejarse en la cartera de crédito, un componente esencial del modelo departamental que sostiene buena parte del flujo de ventas de ambas cadenas. El ritmo más lento de compras se traduce en consumidores que estiran sus plazos de pago y, en muchos casos, priorizan gastos básicos antes de saldar deudas asociadas con bienes no esenciales. Las departamentales ya reconocen que el retroceso en la actividad comercial está acompañado por señales tempranas de deterioro crediticio.
Liverpool es la única de las grandes cadenas que publica su índice de morosidad y sus cifras ilustran el nivel de tensión. Al cierre del tercer trimestre, reportó un nivel de 4.4%, todavía manejable, pero que refleja la presión que enfrentan los hogares con ingresos menos expansivos. El resto del sector mantiene discreción. El Palacio de Hierro, al igual que Sears y Sanborns, no detalla su cartera vencida en sus informes financieros, aunque analistas coinciden en que el fenómeno es generalizado. La caída en el impulso del consumo golpea tanto al ticket promedio como a la puntualidad en los pagos. Carlos Hermosillo, analista bursátil independiente, anticipa un cierre de año marcado por mayores provisiones. “Es muy posible que veamos a las departamentales ejecutando más reservas de lo que vimos en 2024 y 2025, para así sostener índices de morosidad aceptables”, advierte, en línea con la desaceleración que observa en el mercado. La necesidad de blindar la calidad crediticia ha llevado a las cadenas a un manejo más cuidadoso de sus líneas de financiamiento. Las empresas continúan emitiendo nuevas tarjetas, aunque con mayores filtros y aumentos otorgados solo a los clientes con buen historial de pago.
Un modelo que descansa en el crédito Pese a la presión, las divisiones financieras siguen creciendo. El Grupo Palacio de Hierro reportó un incremento de 8.7% en los ingresos de su unidad de crédito al cierre del tercer trimestre, evidencia de que la demanda por financiamiento se mantiene aun en un entorno retador. Liverpool también amplió su base de tarjetas: alcanzó 6,190 miles, un aumento de 5.3%, y el 50.7% de las compras en tienda se realiza con sus plásticos. En Suburbia, la cifra subió 10.5% para llegar a 1,970 miles de tarjetas, con 35.3% de las compras realizadas bajo esta modalidad. El costo del financiamiento es un factor clave para la evolución de la morosidad. Ahí, algunos especialistas ven un respiro si se concreta la baja en la tasa de referencia del Banco de México. “Es probable que bajen porque ya hay un movimiento a la baja en la tasa de interés y esto significa que los créditos van a ser más baratos y puede ayudar a que se presionen menos las finanzas de los consumidores”, afirma Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latam. El comportamiento del crédito es solo una pieza del rompecabezas. Las cadenas también enfrentan una desaceleración en ventas, resultado de un consumidor más cuidadoso y un entorno económico menos expansivo. Las departamentales no lograron sostener el ímpetu observado a finales del año pasado. El Puerto de Liverpool reconoció que el avance de ventas está por debajo de lo proyectado. A la menor actividad económica se suma una moderación en las remesas, que durante años funcionaron como catalizador del consumo en amplias capas de la población. El efecto arancelario añade presión. En octubre, Enrique Güijosa, director general de Liverpool, explicó que los ajustes al comercio con China han golpeado especialmente a Suburbia. “Los aranceles a productos chinos también ejercen cierta presión sobre Suburbia”, dijo, al detallar incrementos de 35% en el pago por importaciones de calzado de bajo precio. Las cuotas compensatorias aplican a botas, sandalias, tenis deportivos y calzado casual con cortes sintéticos o textiles, categorías que representan un volumen significativo para la cadena y que determinan buena parte de su competitividad.
Un consumo más frío y un cierre más cauteloso En El Palacio de Hierro, la desaceleración también es visible. La empresa mantiene discreción sobre sus desafíos, pero los estados financieros muestran un avance de ventas que cayó de 14.5% en el último trimestre del año pasado a 9% en el tercer trimestre de 2025, todavía sólido, pero más moderado. El desempeño del retail confirma que el consumidor mexicano está más cauto. Los autoservicios también han reportado un menor empuje, reflejando un contexto en el que los hogares priorizan compras esenciales y aplazan las que implican un mayor esfuerzo financiero. El cierre del año pondrá a prueba la capacidad de ambas empresas para equilibrar crecimiento, margen y riesgo crediticio. La morosidad es el termómetro principal que observan analistas e inversionistas, pues anticipará cómo entrarán estas cadenas a 2026. Para el último trimestre, las cadenas apuestan por promociones y festividades, aunque las expectativas están lejos del entusiasmo de otros años. Hermosillo subraya que la recuperación no llegará pronto. “En la parte de ventas, veo difícil que observemos una recuperación, y más bien espero ver un comportamiento bastante plano… para llegar a un 2026 de cifras flat, en el mejor de los casos”.
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