Los edulcorantes toman ventaja: el IEPS a refrescos redefine la fórmula del mercado en México
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El nuevo diferencial del IEPS —que castiga con mayor fuerza a los refrescos con azúcar que a las formuladas con edulcorantes no calóricos — está impulsando una reformulación de las bebidas y dejando un resquicio que puede convertirse en un boom para estos insumos. Endulzantes como la sucralosa, el aspartame, la estevia y mezclas de nueva generación se perfilan como la opción para sustituir al azúcar tradicional. Al abaratar, en términos relativos, las alternativas sin calorías frente a las tradicionales, el impuesto crea un incentivo inmediato para que los fabricantes aceleren su transición hacia ingredientes capaces de sostener la rentabilidad sin trasladar costos adicionales al consumidor. A partir de 2026, México aplicará un IEPS diferenciado que cambia las reglas del juego para toda la industria de bebidas: mientras los productos endulzados con azúcar pagarán 3.08 pesos por litro, las versiones light o cero —formuladas con edulcorantes no calóricos— enfrentarán una cuota de 1.50 pesos. En este contexto, la ventana de oportunidad se abre para los proveedores de edulcorantes, que podrán aprovechar la percepción de ser una alternativa más saludable a la hora de definir la lista de ingredientes de las bebidas en México. Para las refresqueras, representan una vía para contener costos y evitar incrementos agresivos en los precios finales.
¿Por qué los edulcorantes ganan terreno frente al azúcar?
La respuesta de las refresqueras
Laura Miranda, coordinadora regional para América Latina de la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA, por sus siglas en inglés), explica que estos edulcorantes son ingredientes alimentarios con sabor dulce que prácticamente no aportan calorías. Se utilizan principalmente en alimentos y bebidas para aportar el sabor deseado en distintas categorías, así como en medicamentos y productos de higiene personal. “Son la alternativa que se tiene para hacer la reformulación y la reducción de azúcares en los diferentes productos, que es una recomendación que organizaciones mundiales, como la ONU, nos han hecho”, dice la experta. “La innovación, la tecnología sigue avanzando y hoy en día existen hasta mezclas de edulcorantes de acuerdo con cada producto”, añade. Miranda detalla que, a nivel internacional, existe una reevaluación de los aditivos alimentarios —entre ellos los edulcorantes— para confirmar la seguridad de su uso en las fórmulas de alimentos y bebidas, lo que impulsa la innovación y el desarrollo de este tipo de ingredientes. Los edulcorantes pueden ser de origen natural (estevia, eritritol, fruto del monje, taumatina y brazzeína) o sintético (sucralosa, aspartame, sacarina, acesulfame de potasio o acesulfame K, y ciclamato). “Son alternativas y, al considerarlos en las reformulaciones, hay que evaluar la estabilidad del producto, como la vida de anaquel, porque cada uno tiene una estructura química distinta y destinos metabólicos diferentes, con perfiles de sabor únicos”, añade. Coca-Cola México fue una de las primeras compañías en reaccionar al ajuste al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). El 16 de octubre anunció que implementará un cambio escalonado para reducir en 30% el contenido calórico de sus bebidas, una estrategia que iniciará con las presentaciones familiares. El objetivo es cubrir todos sus formatos en un lapso de un año. El movimiento de la multinacional podría incentivar a que otras empresas del sector la sigan para aminorar el impacto de los impuestos, aunque lo harían de manera menos veloz, al no contar con los mismos recursos ni operaciones globales que permitan respaldar el ajuste de ingredientes y garantizar que las nuevas fórmulas no modifiquen sabor o color. Miranda subraya que cada empresa o industria, dependiendo de sus planes de innovación y desarrollo, toma como referencia los criterios que ISA establece a nivel internacional alrededor del uso de edulcorantes, aunque por ahora la asociación no ha medido un impacto derivado de los ajustes regulatorios en México. “La asociación tiene un fin científico: recabamos y recopilamos la información de los comités científicos que hacen las evaluaciones de seguridad, beneficios y uso de los edulcorantes”, precisa.
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