“Hasta las manitas”, la frase que surgió del transporte del pulque durante la Revolución
Durante el siglo XIX y hasta bien entrada la primera mitad del XX, el pulque y el aguamiel se trasladaban en odres confeccionados con piel entera de cerdo, preservando la anatomía del animal salvo la cabeza. Las extremidades —conocidas popularmente como manitas— permanecían como parte del contenedor.
Cuando el líquido se vaciaba por completo dentro de este recipiente natural, se decía que estaba lleno “hasta las manitas”. La frase no surgió de metáforas populares ni de exageraciones tabernarias, sino de una descripción estricta: el contenido llegaba hasta los límites físicos del interior del cuero.
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Así lo documenta Enrique Gómez Lacort junto con Manuel German Iglesias García en Boteros artesanía del corambre (Revista de Folklore, 1985), donde detallan el proceso: el desollamiento completo del animal, los cortes limitados al cuello y patas, y el sellado de las extremidades para contener el líquido.
Según explica Rafael Olea Franco en Un pulque literario (El Colegio de México, 2022), esta configuración permitió que la imagen se integrara al habla popular. Primero se utilizó para señalar recipientes llenos; más tarde, espacios saturados; y finalmente personas excedidas.
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–><!–>Enlace imagenPulque
La Revolución y la consolidación de la expresión
Aunque la práctica antecedía al movimiento armado, durante la Revolución Mexicana el uso de odres continuó por su resistencia y facilidad de transporte. El pulque se distribuía en animales de carga entre haciendas y zonas de abastecimiento. En ese periodo de desplazamiento constante y convivencia entre soldados, campesinos y pobladores, el lenguaje popular adoptó y propagó expresiones vinculadas al consumo de esta bebida.
Fue en este contexto itinerante y de circulación masiva del pulque que la expresión “hasta las manitas” se consolidó, coincidiendo con la intensa transformación lingüística derivada de la Revolución. No como exaltación de una embriaguez colectiva, sino como derivación técnica de un método de transporte ampliamente extendido.
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–><!–>Enlace imagenDiferentes curados
Una expresión que conserva una técnica
La expresión no alude al descontrol corporal ni surge de escenas de embriaguez, como se ha sugerido popularmente. Nació como descripción técnica de un contenedor. Solo después, cuando los odres dejaron de utilizarse y el pulque comenzó a transportarse en medios modernos, la frase se desprendió del cuero para anclarse al habla cotidiana.
Cuando hoy alguien afirma haberse puesto “hasta las manitas”, reproduce —sin saberlo— un vestigio del comercio de bebidas fermentadas en México, una huella léxica del tránsito rural y de la conservación de líquidos antes de la industrialización. No es una exageración coloquial: es una unidad histórica.
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