Una unidad del Ejército ruso organiza un macabro concurso para posar con prisioneros ucranios ejecutados
Un soldado ruso con la cara difuminada posa delante de los cuerpos de tres soldados ucranios que yacen con las manos junto a la cabeza, boca abajo, sobre un charco de sangre. A la imagen, difundida por la unidad rusa Rúsich en su canal de Telegram, la acompaña el anuncio de un concurso: “Las tres primeras personas que envíen una foto con prisioneros que hayan sido claramente borrados de la existencia recibirán una recompensa en criptomonedas”. Es un crimen de guerra, otro más, en la guerra sin cuartel que el Kremlin llama “operación militar especial”. Esta vez, sin embargo, ha desatado una competición a la que también se han sumado las fuerzas ucranias.
