Taruk, el negocio que enciende motores para Altagracia Gómez y el Grupo PEO

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Guadalajara, Jalisco.- Altagracia Gómez, presidenta del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización, así como presidenta de Grupo Promotora Empresarial de Occidente (PEO), llega a ExpoTransporte en Guadalajara, Jalisco, con un traje rojo profundo que combina con el stand de Dina , una de las varias marcas pertenecientes al conglomerado. La marca de transporte reveló una serie de nuevos vehículos, pero la joven empresaria se dirigió a uno en específico para tomarse las fotografías oficiales y dar algunas declaraciones a la prensa: Taruk , el primer autobús eléctrico 100% hecho en y para México, presentado de manera oficial ante autoridades en marzo de este año.

La apuesta de Dina por un autobús eléctrico hecho en México Taruk genera interés en EU

Taruk no nació para ser el proyecto prioritario del grupo presidido por la joven empresaria, pero terminó convirtiéndose en el negocio que reacomodó su mapa industrial. Lo que comenzó como una colaboración técnica entre Megaflux y Dina derivó en una oportunidad inesperada: un autobús eléctrico desarrollado en México que desbordó la demanda prevista y abrió una nueva unidad estratégica para el conglomerado de la familia Gómez. El giro quedó claro desde que las primeras pruebas del vehículo en la Ciudad de México mostraron resultados superiores a los proyectados. Taruk —cuyo tren motriz se fabrica en Iztapalapa y cuyo ensamblaje final ocurre en Ciudad Sahagún— dejó de ser un experimento manufacturero y pasó a posicionarse como una alternativa real para rutas urbanas. El desempeño inicial en la ruta 46 de la Ciudad de México —de Santa Catarina a la Central de Abasto— aceleró decisiones de compra en otros lugares. Los gobiernos comenzaron a ver en Taruk no solo un vehículo nacional, sino un caso de estudio sobre cómo electrificar rutas complicadas sin depender de importaciones. Chetumal tomó la delantera con la solicitud de 66 unidades para renovar su sistema de transporte. Para la directiva, el impacto trasciende la venta. “Hay proyectos muy estratégicos que son para más largo plazo en ciudades como Chetumal. Con estas 66 unidades cambia todo el transporte público de esta ciudad y eso es algo que nos encanta ver”, dijo Gómez. Como responsable del enlace entre Gobierno e iniciativa privada, además de las oportunidades de negocio que Taruk pudiesen significarle para la empresaria y su familia, la importancia del proyecto, desde su perspectiva, radica también en que es un ejemplo de la integración de empresas nacionales y de la oportunidad a nivel manufactura que tiene el país. Gómez sostiene que la transición debe dejar atrás el modelo de ensamblaje parcial para apostar por desarrollo propio. “Tenemos que empezar a agregar más valor… En los próximos 3, 6, 10 años, México puede dar ese salto y no solo ser el productor y el exportador más grande, sino ser el diseñador más grande”, afirmó.

La alianza que impulsó el autobús eléctrico En el caso de Taruk, el origen de esa ambición se remonta a hace cuatro años atrás. Roberto Gottfried, CEO de Megaflux, recuerda que la alianza con Dina tomó forma cuando ambas compañías coincidieron en que solo una colaboración profunda permitiría crear un autobús eléctrico completamente mexicano. “Han sido nuestros amigos y socios a lo largo de todo el proceso, y no podía ser de otra forma, porque solamente con Dina y Megaflux se iba a poder lograr un producto tecnológico que fuera 100% mexicano”, explicó. El punto de partida fue una conversación con Ararggo Gómez, hoy presidente de Dina y hermano de Altagracia. Gottfried rememora que la decisión se tomó sin rodeos. “Desde el día que me senté en un café con Ararggo a platicarle el proyecto y que me dijo que sí le entraba hasta la fecha, ha sido con sencillez y con compromisos firmes”, dijo. El directivo atribuye a la visión de la familia Gómez la expansión acelerada del proyecto. “Altagracia tiene una visión muy expansiva de lo que es México, muy correcta, muy inclusiva de lo que es nuestro país”. Con esa base técnica y empresarial Taruk entró en una fase de escalamiento. Megaflux y Dina ya desarrollan versiones de seis, ocho y 12 metros para complementar el modelo actual de 9.5. La ampliación del portafolio coincide con nuevas conversaciones con estados y municipios interesados en electrificar rutas completas en los próximos años. La evolución de Taruk ha generado un reacomodo dentro de PEO. Aunque empresas como Minsa o Dina han sido históricamente las más visibles del conglomerado, el autobús eléctrico comenzó a ocupar un espacio estratégico que combina manufactura, movilidad, política pública y transición energética. Es el primer proyecto que permite al grupo moverse simultáneamente en dos frentes: por un lado, la electrificación urbana; y, por el otro, el contenido nacional avanzado. El desempeño operativo de las primeras unidades es ahora la principal carta de presentación ante nuevos clientes. “Nos llegó una oferta por parte del gobierno de California para 10,000 unidades (de Taruk). Es incluso más de lo que podemos producir en un año”, afirmó. Aunque el número es tentador, Gómez dijo que, por ahora, la estrategia del conglomerado apunta a escalas manejables. “En flotillas es en donde nosotros nos sentimos más cómodos, con entre 50 y 100 unidades”. Los directivos prevén entregar hasta 200 nuevas unidades para el año entrante, además de que, con los planes próximos a concretarse, esperan estar pasando de 150 personas empleadas dedicándose a este autobús a 350 en el mediano plazo.

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