Aferrados a las ruinas, unos pocos miles de habitantes de Kostiantinivka sobreviven bajo las bombas rusas
“Acudimos hace un mes a evacuar a una anciana y su marido, pero se negaron. Hace dos días, la policía encontró en la casa el cadáver de la mujer devorado por los gatos y se llevó al hombre”. La vorágine de la guerra en el este de Ucrania no le deja a Evgeny Tkachev mucho tiempo para pensar, pero experiencias como esta se le acumulan como un lastre. Cada día, este hombre de 55 años se juega la vida accediendo una o varias veces a la localidad de Kostiantinivka a bordo de un furgón blindado de la ONG Proliska junto a un conductor.



