JAC esquiva el arancel a vehículos chinos y atrae a marcas asiáticas que buscan maquila
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La noticia de un posible arancel de hasta 50% para vehículos, autopartes y motocicletas provenientes de países sin tratado de libre comercio ha activado alarmas en prácticamente todas las marcas chinas que venden en México. Pero en Ciudad Sahagún, Hidalgo, la reacción es distinta. JAC, la única firma china con un complejo de ensamble en el país, no solo quedará al margen del golpe fiscal, sino que su planta comenzó a atraer la atención de competidores que buscan un refugio frente a la medida. La Secretaría de Economía perfila una política más estricta para impulsar la integración local y reducir la dependencia de plataformas preensambladas provenientes de China. Esta decisión pone presión sobre prácticamente todas las marcas asiáticas, salvo una excepción: JAC, que desde 2017 opera bajo un sistema SKD (Semi-Knocked-Down) que, paradójicamente, hoy juega a su favor. La marca llegó a México con un pequeño volumen, cerrando ese primer año con poco más de 1,000 unidades ensambladas. Ocho años después, la capacidad instalada ronda las 60,000 unidades anuales.
Un esquema SKD que pasó de ser modesto a estratégico La planta de Hidalgo se vuelve imán en plena tensión arancelaria
Son varios los mecanismos del gobierno federal que permiten este tipo de exenciones, tales como el programa IMMEX, Prosec y la Octava de Comercio, a cambio de la generación de empleos en el país. Esto ha convertido a JAC en la única marca de origen chino que hoy cuenta con esta ventaja competitiva frente a sus connacionales y a fabricantes de otros orígenes. “La cantidad de modelos importados de países que no tienen tratado de libre comercio, de todas las marcas —no solo de las chinas— y el nivel de afectación que eso va a tener sobre las que tienen planta en México, cuántos cupos pueden utilizar… Es muy interesante”, expone en entrevista. En junio de este año se anunciaron 3,000 millones de pesos para el complejo, orientados a duplicar su capacidad de producción al pasar de cuatro a ocho líneas, además de añadir un patio logístico de 15 hectáreas. En conjunto, el sitio sumará 300,000 metros cuadrados. Aunque la firma sigue el modelo productivo SKD, de modo que la mayoría de sus componentes principales provienen de su país de origen, en México encuentra entre 25 y 30% de sus partes, lo que también ha fortalecido su blindaje frente a los aranceles. “La otra es la cuestión de proveeduría local. Tenemos muchísimos proveedores; te podría decir que cerca de 300 proveedores mexicanos, entre nacionales y locales. Mucho para postventa, localización de partes de postventa, consumo, servicios, todo lo que son fluidos. Hay mucha localización ahí”, argumenta Massri. Esta posición ha hecho que ocho automotrices distintas se hayan acercado a JAC con la intención de explorar un modelo de ensamble compartido en su complejo. Sin embargo, el directivo no considera que esto pueda concretarse, pues no es la meta de la marca. “Nosotros somos JAC y no vamos a compartir algo que llevamos años trabajando solo porque ahorita ya cuesta más caro. La planta no es para nosotros nuestro core business. La planta es el elemento que demuestra la inversión, la tropicalización y la localización de componentes para que JAC sea la marca que hoy es. Así como que fácil maquilarle a terceros, no; no es nuestro objetivo”, comenta. Hoy la firma se concentra únicamente en el mercado local y, desde la perspectiva del directivo, esto ha jugado a su favor: “ensamblar desde México, para y por México”, destaca. Aunque Massri reconoce que existe la posibilidad de exportar a otras regiones —sobre todo ahora que las nuevas inversiones permitirán que la capacidad de la planta crezca hasta 100,000 unidades si la demanda lo requiere—, exportar tampoco es el objetivo, pues la mirada sigue puesta en el país. “Hay posibilidades, pero no lo estamos buscando. Fue el summit de JAC de Latinoamérica estos últimos días. Vinieron 20 países de Latinoamérica que representan a JAC, todos con aranceles de China y cero arancel de México, y todos queriendo importar producto. Pero el modelo cambiaría mucho y el enfoque de la planta es qué necesita el cliente en, por ejemplo, noviembre en Mérida, en Tijuana, en Guadalajara, en Ciudad de México”, concluye.
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