Comfort Ero: “Donald Trump está cambiando el carácter de la diplomacia”
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El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, hace apenas nueve meses, ha transformado la manera en la que se hace política, especialmente, la forma en la que se negocia el fin de los conflictos, en un mundo cada vez más atravesado por conflictos. “El presidente Trump está cambiando el carácter de la diplomacia, también el carácter de los Estados Unidos y ha demostrado que Estados Unidos sigue siendo una figura central para definir resultados y convocar a los actores a la mesa”, afirma Comfort Ero, presidenta del International Crisis Group, una organización sin fines de lucro dedicada a la resolución de conflictos, en entrevista con Expansión.
El republicano, quien saltó a la fama como un empresario del sector inmobiliario, se jacta de sus capacidades de negociación. Afirma que ha ayudado a poner fin a nueve conflictos. Entre ellos, incluye un polémico alto al fuego entre Israel y Hamás después de dos años de ataques israelíes contra la Franja de Gaza. Este tipo de declaraciones de Trump no son bien recibidas por todos los actores involucrados en estos conflictos. Por ejemplo, el gobierno de India consideró que los dichos de Trump sobre su mediación para que desescalara su conflicto con Pakistán en Cachemira eran un acto de intervención en sus asuntos internos. El éxito de las gestiones que el republicano ha hecho aún debe pasar la prueba del tiempo para consolidarse como verdaderos tratados de paz, y no simples acuerdos de alto al fuego, señala Ero. “No podemos negar su papel en estos temas, que ha ayudado a establecer un acuerdo, pero todos son acuerdos de corto plazo”, dice Ero. Pero para alcanzar la paz “se requiere un capital de paciencia”, algo que el presidente estadounidense parece ignorar, con su búsqueda de acuerdos rápidos y su frustración cuando estos no se alcanzan, como en la guerra entre Rusia y Ucrania, que prometió terminar en “24 horas”. “La clave también estará en el papel de otros actores para asegurarse de que estos acuerdos no se conviertan solo en cifras, sino en algo creíble a largo plazo”, dice la especialista. “La cuestión para nosotros es la sostenibilidad de estos acuerdos”.
México “en un equilibrio delicado” Donald Trump ha transformado la manera en la que se negocian los conflictos, sino que ha cambiado la relación de Estados Unidos con Latinoamérica. “Latinoamérica es un tema doméstico para los Estados Unidos debido a los dos temas por los que el presidente Trump está más preocupado: la migración, siendo uno de ellos, y la preocupación por el fentanilo y las drogas en casa”, explica Ero. Desde septiembre, el gobierno de Estados Unidos ha lanzado una serie de ataques en el Caribe contra pequeñas embarcaciones que presuntamente transportan droga, como parte de su lucha contra el narcotráfico. Hasta el momento, más de 60 personas han muerto en estas ofensivas, consideradas ilegales por algunos especialistas. Aunque Venezuela y Colombia son los principales objetivos de este tipo de operaciones, México no está fuera de peligro. De acuerdo con un reporte de la cadena NBC, el gobierno de Trump planea iniciar una operación en México, con el envío de agentes de inteligencia. Ante este panorama, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se encuentra en una posición precaria para negociar con Estados Unidos. “México está haciendo un baile delicado, de asegurarse de que todos estos temas (la migración y la lucha contra el narcotráfico) sean manejados de una manera que no afecte su viabilidad económica”, indica la experta, que recuerda la importancia que el comercio con Estados Unidos tiene para la economía mexicana.
“La presidenta Sheinbaum está intentando lograrlo. Es un equilibrio delicado de manejar los intereses comerciales, manejar la realidad en casa, el crimen organizado, las personas desaparecidas, los homicidios, y también manejar la política regional. No es un momento fácil para hacerlo”, dice Ero.
La ONU, un actor aún relevante Durante su presidencia, Trump ha cambiado la manera en la que se negocia la paz, prefiriendo un estilo personal, con la negociación directa entre Estados, sin la intervención de organizaciones como Naciones Unidas. Ante este escenario y su falta de capacidad para resolver algunos conflictos, algunos cuestionan la utilidad del organismo, fundado hace 80 años, al final de la Segunda Guerra Mundial. Ero considera que, a pesar de los constantes desafíos planteados por la rivalidad de poder y el cuestionamiento de su relevancia, la ONU aún ofrece la arquitectura institucional más importante para la mediación y resolución de conflictos. Su utilidad se mantiene esencial en roles clave, incluso si no es la primera en intervenir directamente en la mediación de conflictos y, más importante, la construcción posterior al fin de estos. “La ONU juega un papel al frente, en el apoyo, es esencial para la respuesta humanitaria, será esencial para la reconstrucción y será crucial para cualquier día después en cualquier de estos conflictos que estamos viendo”, dice Ero. El organismo enfrenta, sin embargo, un momento complicado, por la falta de recursos, sobre todo en un momento en el que su donador principal, Estados Unidos, replantea su sistema de ayuda al exterior. “La ONU, más que en cualquier otro momento en su historia, es tener que pensar en un futuro en el que tendrá menos dinero y por lo tanto tendrá que probablemente reorientar su papel o reorganizar su trabajo”. La elección de un nuevo Secretario general será clave también para definir el papel de Latinoamérica en el escenario global en los próximos años. Varias mujeres latinoamericanas, como la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, o la secretaria de Medio Ambiente de México, Alicia Bárcena, suenan entre las candidatas a suceder al portugués Antonio Guterres, cuyo periodo al frente de la ONU termina en 2026.
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