Los jóvenes de África se hartan de sus líderes
De Kenia a Madagascar, de Senegal a Camerún, de Tanzania a Nigeria o de Marruecos a Mozambique. Una ola de protestas protagonizadas por jóvenes de menos de 30 años, la llamada Generación Z, recorre África y parece imparable. Ocupan las calles y los espacios públicos, se enfrentan a las fuerzas del orden, revientan elecciones o tumban regímenes. En unos países se enfrentan a dirigentes que se eternizan en el poder y hacen trampas en las urnas, en otros combaten la vida cara, la falta de empleo o los cortes de agua y luz. Se organizan en las redes sociales como movimientos horizontales. Quieren hechos, no promesas, buscan nuevos referentes y aliados y están haciendo saltar las costuras de los viejos pactos que sirvieron a sus padres y abuelos, pero que asfixian a esta Generación Z africana, tan hastiada de lo antiguo como libre de todo compromiso.
