Hay que procurar anclaje de expectativas de inflación: BIS
Tratar de limitar el impacto inflacionario de los aranceles, mediante una política más restrictiva, trae consigo el riesgo de agravar su impacto en el crecimiento, advirtió el subdirector gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), Andréa M. Maechler.
La antigua recomendación para los bancos centrales sería que ignoren los choques de oferta, pero podría no ser aplicable ante el repunte inflacionario que se ha presentado durante la recuperación de la pandemia, que aún está presente en la memoria de los hogares y las empresas, señaló.
En un análisis, divulgado por el BIS, que es la institución financiera que realiza operaciones de banca a los bancos centrales como Banco de México, propusieron “guiarse por la necesidad de mantener las expectativas de inflación bien ancladas”.
“Como los factores financieros pueden moldear el impacto de los choques reales en la economía, los responsables de la política monetaria deben complementar su evaluación de las perspectivas de estabilidad monetaria y financiera con una consideración minuciosa de los vínculos financieros y su transmisión a las condiciones financieras”, recomendó.
De acuerdo con el experto del organismo internacional más antiguo del mundo, “la economía global está mucho más interconectada que cuando los aranceles eran una característica prominente del comercio, hace muchas décadas”.
“Hoy en día, los flujos comerciales se sustentan en largas y complejas cadenas de suministro que abarcan todo el mundo. Pero también el mundo se ha interconectado enormemente a través de grandes flujos de capital financiero”.
Las difíciles decisiones monetarias
De acuerdo con el análisis, se preveía que el aumento de los aranceles a nivel mundial afectaría en gran medida al crecimiento global y generaría difíciles decisiones de política monetaria para los bancos centrales.
Acotó que estos aranceles surgieron en medio de un prolongado periodo de incertidumbre en torno a la política comercial.
Observó que “en teoría el aumento de los aranceles actúa como un choque negativo de oferta para los países que lo imponen y como un choque negativo de demanda para los afectados”.
Pero enfatizó que “la interconexión de las cadenas de suministro globales con bienes intermedios que cruzan fronteras varias veces y la variable de las empresas para desviar sus flujos comerciales, complica el panorama”.
En particular se refirió a las interrupciones en las cadenas de suministro y la desviación de los flujos comerciales que podrían tener efectos adicionales en la producción y la inflación, más allá de los efectos directos de los aranceles.
