Pacto de civilidad
Las sociedades reúnen personas que piensan distinto, que tienen planes de vida diversos, credos o falta de ellos. Se logran mantener unidas gracias a valores comunes: por más que pensemos distinto, la mayoría compartimos la idea (se supone) de que las personas han de ser libres, y que esa libertad ha de ser sustantiva. Entendamos lo anterior así: tener derecho a la educación solo se puede garantizar si las personas tienen una escuela cerca y pueden acudir a ella (no necesitan ganarse la vida, por ejemplo). La gente será libre de educarse si se cumplen las condiciones que señalo. Si no se cumplen, la libertad estará plasmada en la Constitución, será formal, pero no sustantiva. Las personas tenemos derecho de propiedad sobre nuestro cuerpo: es nuestro y nosotros somos quienes decidimos quién puede y quién no puede tocarlo, por ejemplo. Las personas tenemos derecho a la vida y solo nosotros podemos decidir cuándo la vida deja de tener sentido. Nadie puede quitarnos la vida.
Estos últimos ejemplos los doy por los graves acontecimientos de los últimos días. En Uruapan mataron a Carlos Manzo y en Ciudad de México un hombre tomó por la espalda a la presidenta Sheinbaum, intentó besarla en el cuello y luego tocó su cuerpo. Todos quienes creemos en la libertad deberíamos unirnos a condenar el asesinato y el acoso. No puede justificarse el asesinato alegando temeridad, no cabe suponer que ante la indignación el equipo de la presidenta hizo un montaje para distraer la atención. Justo porque hemos dejado de estar juntos en condenar lo inaceptable es que el país se nos cae a pedazos, estamos más centrados en atacar a los rivales políticos que a defender la civilidad. Y esa disputa ha sido alimentada desde los poderes públicos y también desde las trincheras partidistas. México requiere de un pacto de civilidad. Todos deberíamos protestar por un asesinato político; todos deberíamos condenar el abuso sexual, lo que pasa también por juzgar a los políticos acusados de violencia sexual. Solo si recuperamos un mínimo acuerdo sobre lo inaceptable (el asesinato político, el acoso sexual, por ejemplo) podremos aspirar a un país distinto. Ese pacto de civilidad no exige pensar igual, sino defender lo básico: la vida, la libertad, el respeto al otro. Sin eso, no hay futuro, solo barbarie.
X: @munozoliveira
