Piden 105 demócratas de la Cámara de Representantes a Trump renegociar el T-MEC

Piden 105 demócratas de la Cámara de Representantes a Trump renegociar el T-MEC

Un total de 105 demócratas de la Cámara de Representantes pidieron a la administración del presidente Donald Trump una “renegociación significativa” como parte del proceso de revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Entre los cambios propuestos, los legisladores plantean fortalecer el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida Específico para Instalaciones (MLRR), crear otro mecanismo similar para asuntos ambientales y establecer un salario mínimo en toda Norteamérica para los trabajadores de la industria manufacturera en sectores clave.

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“Instamos a su administración a utilizar el proceso de revisión del T-MEC para emprender una renegociación significativa que aborde las deficiencias del acuerdo de 2020 y brinde los beneficios que prometió al pueblo estadounidense”, dijeron los legisladores en una carta enviada al representante comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer.

Los representantes demócratas argumentaron que desde la entrada en vigor del T-MEC, las corporaciones multinacionales han seguido utilizando la amenaza de la deslocalización como herramienta de presión contra los trabajadores que defienden la dignidad en el trabajo y una parte de las ganancias generadas por su arduo trabajo; y, con demasiada frecuencia, gracias a los acuerdos comerciales, las empresas han llevado a cabo estas amenazas.

Desde su ángulo, el déficit comercial de Estados Unidos con México y Canadá ha aumentado significativamente, y el incremento vertiginoso de las importaciones derivadas del T-MEC ha perjudicado a los trabajadores, agricultores y empresas estadounidenses de los sectores automotriz, siderúrgico, aeroespacial y otros.

Bajo las reglas actuales del T-MEC, los legisladores consideraron como probable que este daño continuo empeore: desde la entrada en vigor del T-MEC, las empresas chinas han incrementado su inversión en manufactura en México para eludir las sanciones comerciales estadounidenses contra las importaciones chinas desleales de productos como vehículos eléctricos y para aprovechar el acceso libre de aranceles de México al mercado de consumo estadounidense, contemplado en el T-MEC.

Fundamentalmente, un T-MEC actualizado debe fortalecer su MLRR, que ha tenido resultados mixtos en la aplicación de las normas laborales vigentes. Los salarios y las condiciones laborales han mejorado en algunos centros de trabajo mexicanos gracias a los casos exitosos del MLRR presentados durante la administración anterior.

Sin embargo, cuestionaron que el T-MEC no ha generado los beneficios económicos generales para los trabajadores mexicanos, la representación de sindicatos independientes ni los aumentos salariales necesarios para eliminar los incentivos a la deslocalización de empleos estadounidenses, por lo que es preciso introducir mejoras en el MLRR para lograr este objetivo.

Asimismo, expusieron que deben reestructurarse o sustituirse las disposiciones adicionales del T-MEC de 2020 destinadas a desincentivar la deslocalización y la relocalización de la producción.

Entre los cambios clave deberían figurar, a su consideración: mejorar el requisito de “Contenido de Valor Laboral” para los automóviles; condicionar los beneficios del T-MEC para bienes y servicios a que los trabajadores perciban un salario justo y aumentar la transparencia para el seguimiento de los salarios; y establecer un salario mínimo en toda Norteamérica para los trabajadores de la industria manufacturera en sectores clave.

Además, propusieron crear un mecanismo de respuesta rápida ambiental específico para cada instalación, similar al mecanismo laboral, que permita el cumplimiento de las obligaciones de reducción de emisiones y de transparencia de datos sobre contaminación, y fortalecer los requisitos de contenido de valor regional para garantizar que las piezas para automóviles, aviones, computadoras y otros productos se fabriquen cada vez más en Norteamérica, con el fin de mejorar la resiliencia de la cadena de suministro.

Los legisladores sugirieron que estas mejoras deben ir acompañadas de un ajuste por parte de Estados Unidos de sus aranceles de Nación Más Favorecida para productos manufacturados clave, idealmente en coordinación con Canadá y México, para asegurar que existan herramientas de cumplimiento suficientes que disuadan el incumplimiento de estas normas.

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Para garantizar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses genere empleos en el país, la revisión del T-MEC también debe incluir la renegociación para eliminar la prohibición de la política de “Comprar productos estadounidenses” en las adquisiciones federales, la cual obliga al gobierno de Estados Unidos a tratar los productos mexicanos y canadienses como estadounidenses en dichas adquisiciones.

El mercado de adquisiciones federales de Estados Unidos es mucho mayor que el de México y Canadá juntos, con más de 750,000 millones de dólares en adquisiciones anuales; por lo tanto, la prohibición de “Comprar productos estadounidenses” elimina una fuente clave de inversión en la manufactura nacional.

Este cambio requerirá que los tres socios del T-MEC ajusten sus compromisos de adquisiciones ante la Organización Mundial del Comercio, un compromiso que los legisladores instaron a obtener durante el proceso de revisión del T-MEC.

El T-MEC también incluye disposiciones impulsadas por las grandes empresas tecnológicas y otros intereses monopolísticos que buscan anticiparse a la formulación de políticas nacionales sobre temas clave, desde la privacidad de datos hasta los precios de los medicamentos.

Ciertas disposiciones sobre “comercio digital” no incluidas en acuerdos comerciales anteriores de Estados Unidos pueden utilizarse para impugnar las políticas federales y estatales estadounidenses destinadas a proteger los datos de los estadounidenses y frenar las prácticas anticompetitivas de las mayores corporaciones tecnológicas.

Según su análisis, las normas del T-MEC sobre comercio digital relativas al flujo, almacenamiento y código fuente de datos deben eliminarse para no socavar las políticas federales y estatales vigentes y pendientes sobre temas importantes como la seguridad y la privacidad de los datos, el derecho a la reparación y la seguridad infantil en línea.

Asimismo, propusieron que las disposiciones sobre “no discriminación” deben modificarse para no menoscabar las políticas de competencia y las demandas de las autoridades antimonopolio. Y agregaron que deben eliminarse las disposiciones vigentes del T-MEC que privilegian a los monopolios farmacéuticos sobre el acceso a medicamentos asequibles, incluidas las disposiciones “TRIPS-plus” que dejan a los consumidores a merced de las grandes compañías farmacéuticas.

“Un T-MEC renegociado también debería incluir disposiciones que afirmen el derecho de los gobiernos a utilizar licencias obligatorias para atender las necesidades de salud pública y negociar precios más bajos para los medicamentos recetados”, dijeron.

En otra vertiente, exhortaron a eliminar por completo las disposiciones restantes del Mecanismo de Solución de Controversias entre Inversionistas y Estados (ISDS, por sus siglas en inglés) del T-MEC para evitar que los tribunales ISDS prevalezcan sobre las leyes nacionales y las resoluciones judiciales.

Para fortalecer las economías rurales, consideraron que el T-MEC debe renegociarse para establecer precios justos y estables para los agricultores familiares independientes y exigir transparencia en el mercado mediante normas obligatorias de etiquetado de país de origen para la carne de res, cerdo, productos lácteos, huevos y mariscos, de modo que los consumidores sepan dónde y cómo se producen sus alimentos.

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