Por qué la carne de cerdo es hoy la proteína clave en la dieta mexicana
Por décadas, la carne de cerdo cargó con un estigma. Se decía que “caía mal”, que era grasosa o que debía evitarse por salud. Sin embargo, la evidencia científica y el propio desarrollo de la gastronomía mexicana han demostrado lo contrario. El cerdo no solo es parte del corazón culinario del país —protagonista en los tacos al pastor, la cochinita pibil o el pozole—, sino también una fuente clave de proteína y bienestar económico para millones de familias.
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano de la Porcicultura (IMP) y de la Organización de Porcicultores Mexicanos (OPORMEX), México ocupa el octavo lugar mundial en producción de carne de cerdo y el sexto en exportación, con presencia en mercados tan exigentes como Japón, Estados Unidos y Corea del Sur.
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La porcicultura genera más de 2 millones de empleos y concentra su fuerza productiva en Jalisco, Sonora, Puebla y Yucatán, estados que reúnen más del 60% de la producción nacional.
Una proteína en crecimiento
El consumo interno también refleja esta tendencia: en 2024, cada mexicano consumió en promedio 22.25 kilogramos de carne de cerdo, lo que la convierte en la proteína con mayor crecimiento del país, según el Compendio Estadístico del Consejo Mexicano de la Carne (COMECARNE).
De cada 100 toneladas de proteína animal que se consumen en México, 42 corresponden al cerdo, lo que confirma su papel central en la alimentación nacional.
“La carne de cerdo no solo es parte de nuestra tradición gastronómica; también es nutritiva, accesible y versátil”, destaca María Elena Trujillo, presidenta del IMP, al subrayar el cambio de percepción hacia este alimento.
<!–>Enlace imagenCarne de cerdo
Del mito a la evidencia
Los estudios recientes han contribuido a desmontar prejuicios. Lejos de la vieja creencia de que el cerdo era “pesado”, hoy se sabe que aporta entre 16 y 25% de proteína de alta calidad, rica en vitaminas B1, B3, B6 y B12, así como en minerales como hierro y zinc, fundamentales para el sistema inmune y la energía diaria.
El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) lo considera una proteína de alto valor biológico, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para crecer y mantenerse saludable.
“México ha logrado posicionarse como un referente en producción y calidad. Nuestro papel es dar a conocer, con base científica, por qué el cerdo es una opción completa y saludable para las familias”, señala Celin Rivera Martínez, directora del IMP.
Un ingrediente de identidad
El cerdo también ha sido pilar de la identidad gastronómica mexicana. Desde las carnitas michoacanas hasta los tamales de espinazo, pasando por los chicharrones, embutidos artesanales y cortes para cocina contemporánea, su versatilidad lo mantiene vigente tanto en fondas tradicionales como en restaurantes de alta cocina.
Hoy, más allá de las modas alimentarias, el cerdo se posiciona como una carne que combina nutrición, tradición y sostenibilidad, con un impacto económico que fortalece al campo mexicano y a las cadenas productivas locales.
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