Tope a las comisiones: hacer equipo con Banxico
En México, la expansión de los servicios financieros digitales enfrenta múltiples barreras: falta de conectividad, preferencia por el efectivo, economía informal y baja educación financiera. Estos obstáculos impiden que la prometida digitalización financiera se traduzca en inclusión real y beneficio social. En este contexto, la propuesta del Banco de México (Banxico) para establecer topes máximos a las tasas de descuento que los comercios pagan por aceptar pagos con tarjeta representa una palanca relevante para cambiar este panorama.
La tasa de descuento es el costo que paga un comercio por usar una herramienta digital o terminal punto de venta. Estas comisiones, que no pueden trasladarse al consumidor, incluyen la utilidad del agregador (como Clip o Mercado Pago), la cuota de intercambio que éste paga al banco emisor de la tarjeta y otros costos de procesamiento.
Aunque las tarifas exactas son confidenciales, diversos análisis ubican a México entre los países con mayores utilidades por comisiones de tarjetas en la región. Algunos agregadores cobran a los comercios hasta 5% del valor de la operación, de las cuales el banco emisor retiene alrededor de 2% como cuota de intercambio. Frente a ello, aunque los nuevos topes propuestos por Banxico representan cambio positivo transformador —0.31% para débito y 0.61% para crédito— también implican una reducción drástica que podría desincentivar la emisión de tarjetas, con efectos contraproducentes.
Además de fijar la cuota de intercambio, la propuesta establece en su artículo 61 que, si las autoridades determinan que alguna otra comisión, tasa o cobro por servicios de pago con tarjeta no se ajusta a los principios establecidos, podrán modificar su monto. Esto abre la posibilidad de limitar no sólo las cuotas de intercambio a los bancos emisores, sino a todos los participantes.
Desde UNIFIMEX consideramos que esta medida conecta directamente con varias barreras identificadas:
1. Al reducir el costo para los comercios, se incentiva que más negocios —incluso los de menor escala— adopten medios digitales, lo que combate la preferencia por el efectivo.
2. Menores costos facilitan que comercios informales migren a esquemas digitales, contribuyendo a reducir la economía informal y ampliar la bancarización.
3. La medida hace tangible la promesa de menores comisiones, generando confianza y percepción de beneficio en usuarios y comercios.
4. Se incorpora la obligación de reportar a Banxico todas las comisiones, que éste deberá publicar de forma agregada para facilitar su comparación por parte de los consumidores, lo que promoverá la transparencia.
5. Finalmente, puede modificar el equilibrio competitivo y abrir espacio a nuevas fintech que compitan con los grandes bancos tradicionalmente dominantes.
Sin embargo, el tope no resolverá por sí solo todas las barreras: La conectividad sigue siendo deficiente en amplias regiones, lo que limita la adopción de pagos móviles incluso si las comisiones bajan. La educación financiera y las habilidades digitales son insuficientes porque aunque los comercios acepten pagos digitales, muchos usuarios no conocen, no confían o no saben usar estos medios. Además, persisten otros costos para los usuarios, como las comisiones por disposición de efectivo, saldos mínimos o migración entre instituciones.
Por ello, desde UNIFIMEX proponemos complementar esta iniciativa con una política integral: ampliar la infraestructura de conectividad, incorporar programas de educación financiera y digital desde la currícula básica, ofrecer incentivos a la formalización de comercios y fortalecer la regulación que garantice interoperabilidad, transparencia y movilidad de usuarios.
En conclusión, la imposición de topes a las cuotas de intercambio es una señal alentadora. Pero para que la digitalización financiera deje de ser promesa y se convierta en una realidad inclusiva, deben sumarse acciones que ataquen las barreras estructurales, sólo así la tecnología podrá ampliar oportunidades en lugar de perpetuar desigualdades.
