Cómo hacer tamales de cempasúchil: Receta mexicana para honrar a los muertos

Cómo hacer tamales de cempasúchil: Receta mexicana para honrar a los muertos

Desde tiempos prehispánicos, el zempoalxóchitl —nombre náhuatl del cempasúchil— ha representado la energía solar que guía el paso entre la vida y la muerte. Su color intenso, cercano al oro y al fuego, marcaba el camino de los espíritus hacia las ofrendas durante las antiguas celebraciones mexicas del Miccailhuitontli. Además de su función ritual, la flor tenía usos curativos: infusiones para aliviar el dolor estomacal, la fiebre o los parásitos.

Con el paso del tiempo, su papel simbólico se mantuvo intacto, pero su valor culinario apenas comenzaba a explorarse. En los últimos años, cocineros han impulsado el aprovechamiento integral del cempasúchil como ingrediente comestible. En Xochimilco y Milpa Alta, productores que tradicionalmente cultivaban la flor para los altares han encontrado en la gastronomía una nueva forma de preservar la siembra.

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El maíz y la flor: un diálogo ancestral

El tamal, uno de los alimentos más antiguos de Mesoamérica, ha acompañado los rituales de paso, las cosechas y las ofrendas.

Los pétalos aportan un color dorado natural, aroma a hierba fresca y un matiz cítrico que transforma la masa tradicional en una experiencia sensorial distinta. En su versión salada, puede combinarse con queso fresco, rajas de chile poblano o flor de calabaza; en la dulce, con requesón y miel. Su sabor es sutil, pero envolvente, y debe dosificarse con precisión: un exceso puede volverlo amargo.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, la Ciudad de México produce más de 2,000 toneladas de esta flor cada temporada, y cerca del 10% ya se destina a transformación alimentaria, desde infusiones y mermeladas hasta harinas y colorantes naturales.

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