¿Cuándo se quita la ofrenda de Día de Muertos y qué hacer con los alimentos del altar?

¿Cuándo se quita la ofrenda de Día de Muertos y qué hacer con los alimentos del altar?

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La ofrenda de Día de Muertos es el elemento central de esta festividad mexicana. Sin embargo, muchas personas suelen tener dudas sobre cuándo deben retirarla y qué hacer con los alimentos que colocaron en ella. Como es sabido, el Día de Muertos se celebra el 1 y 2 de noviembre , por lo que algunos no saben si deben quitar la ofrenda el día 2 o esperar hasta el 3 para no alterar la tradición. Aquí te contamos lo que debes saber.


¿Qué hacer con los alimentos de la ofrenda?

¿Cuáles son las fechas de la ofrenda? De acuerdo con la tradición y con información del Gobierno de México, estas son las fechas en que se coloca cada ofrenda:
28 de octubre: se recuerda a las personas que fallecieron de manera trágica, por accidentes o hechos de violencia.
30 y 31 de octubre : se dedica a los niños que murieron sin haber sido bautizados.
1 de noviembre : Día de Todos los Santos, dedicado a los niños o “muertos chiquitos”.
2 de noviembre: Día de Muertos, consagrado a los adultos fallecidos.
¿Cuándo se quita la ofrenda de Día de Muertos? La ofrenda puede comenzar a retirarse la tarde o noche del 2 de noviembre, cuando se cree que las ánimas ya han visitado los altares, se han alimentado y emprenden su regreso al más allá. Sin embargo, muchas personas prefieren dejarla hasta la mañana del 3 de noviembre, en consideración a las almas que en vida solían llegar tarde a sus compromisos, dándoles así una última oportunidad para disfrutar los alimentos ofrecidos. Como en toda tradición, no existe una regla estricta: la costumbre varía según cada familia y región del país. En general, se recomienda retirarla entre la noche del 2 y la mañana del 3 de noviembre. En México está muy mal visto tirar los alimentos de la ofrenda a la basura, ya que se considera una falta de respeto hacia los difuntos y hacia el esfuerzo que representa prepararlos. Por eso, muchas familias optan por aprovechar lo que aún está en buen estado. Las frutas, pan y dulces tradicionales —como mandarinas, guayabas, calaveritas de azúcar o el pan de muerto— pueden comerse sin problema si se conservaron en buen estado. Lo más común es compartirlos en familia o utilizarlos para preparar otras comidas, por ejemplo, hacer un atole con el pan o un postre con las frutas. Sin embargo, por razones de salud e higiene, los alimentos que se echan a perder con facilidad —como mole, arroz, tamales, caldos o guisos— deben desecharse. Estos platillos pasan varios días expuestos al aire, sin refrigeración, y pueden desarrollar bacterias o moho, por lo que ya no son aptos para el consumo. En resumen, se recomienda guardar o compartir lo que se conserve bien y tirar sin culpa lo que esté en mal estado, recordando que el sentido de la ofrenda es honrar la memoria de los seres queridos, no poner en riesgo la salud.

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