Grok y Elon Musk contra el mundo: la IA incomprendida

Si te pregunto qué sabes de Elon Musk, seguro te vendrá a la mente su paso por el gobierno de Trump, los autos Tesla y su empresa que quiere llegar a Marte… ¿pero mencionarías su inteligencia artificial? Quizás no.

Elon Musk no llegó tarde: es uno de los pioneros de la IA generativa. Pero no es de los más populares, aunque sí de los más controvertidos. ¿Despegará en el futuro? ¿Tiene algo prometedor que valga la pena esperar? Vayamos por partes.

La incursión de Musk en el mundo de la Inteligencia Artificial inició en 2015, cuando él y Sam Altman (entre otros) cofundaron OpenAI, el creador de ChatGPT. No era un negocio, sino un laboratorio de investigación sin fines de lucro, con un proyecto idealista: poner la IA al servicio de toda la humanidad.

Mientras financiaba OpenAI, Musk tomó un papel de “profeta del peligro”, que lo llevó a su famoso encontronazo público con el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, en 2017. Zuckerberg defendía su postura, como el optimista que veía la IA como una fuerza positiva. Y Elon, con una visión apocalíptica y distópica, alertaba que podría poner en peligro al mundo.

Como suele suceder en los proyectos de Musk, el drama no tardó en llegar. Dejó OpenAI en 2018, porque consideraba que estaba traicionando sus ideales al buscar acuerdos millonarios con empresas como Microsoft, para competir contra Google, que parecía llevar la delantera con su programa AlphaGo.

Según algunas anécdotas, OpenAI afirma que Musk aportó menos de 45 millones de dólares al proyecto (el plan era que cada inversionista aportara mil millones), y que nunca sostuvo un acuerdo especial que le diera control absoluto como quería (se propuso como CEO con control mayoritario). Finalmente, Musk renunció al consejo de OpenAI en 2018.

Y nace Grok

El 12 de julio de 2023, Musk anunció su propuesta: xAI, una empresa de Inteligencia Artificial “para entender el universo”. Aseguró que no solo quería innovar, sino presentar una IA que fuera “máxima en la búsqueda de la verdad” (maximally truth-seeking) y sin las restricciones de los demás modelos.

Su chat de IA generativa es Grok, que se integró directamente en la red social X (antes Twitter). Primero estuvo disponible para los suscriptores premium y después en su App gratuita. Según el propio Grok, “es la IA más inteligente del mundo y su objetivo principal es ser máximamente veraz, útil y con un toque de humor rebelde, evitando la censura excesiva común en otros modelos”.

Asegura que está entrenada con datos únicos (posts de X en tiempo real, de más de 500 millones de usuarios), basado en un modelo de lenguaje propio, el Grok-1. En 2024 agregó Grok-1.5V, para integrar texto e imágenes, y después fue sumando el Grok-2, con la promesa de lanzar pronto el Grok-3.

Aunque Musk afirma que compite directamente con ChatGPT-4, Claude o Gemini, infinidad de reseñas de expertos lo colocan aún varios pasos detrás, pues ven fallas en su razonamiento. Algunos, sin embargo, le han aplaudido sus habilidades para generar código y su iniciativa de abrir partes de su código a los expertos.

Como todos, tiene una versión gratuita (yo la probé en su App Grok) y dos versiones de paga: una de 599 pesos al mes (prácticamente todas están en el rango de 299 pesos) y la versión Súper Grok, de 5,999 pesos mensuales.

Y está Grokipedia, su versión para competir con Wikipedia, habilitada con su IA, que desde mi parecer, está bastante “verde”: no tiene información sobre montones de temas y arroja textos muy incompletos.

¿Vale la pena?

Grok funciona muy similar a las demás IA. Sí es veloz, da información diferente y siempre te reta, al final de cada respuesta, a que le preguntes “algo rebelde”. Y agradezco que no genera textos “perfectos”, como si fueran tareas universitarias o de enciclopedia.

Probé preguntándole qué opina del gobierno de Donald Trump (algo que los demás modelos como ChatGPT y Gemini suelen evitar, diciendo que “no tienen información actualizada o disponible”) y me dio muchos datos divertidos, como si estuviera leyendo a un bloguero crítico, con abundante información. “¡Ah, el elefante naranja en la habitación!”, me respondió. Luego, pregunté sobre el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y empezó con la frase: “Vaya, pasamos del elefante naranja al águila devorando una serpiente, con mañaneras incluidas…”. Y sí, me mostró otros datos.

¿La cambiaré por otras? ¡Para nada! Pero la conservaré para divertirme un poco y encontrar “otra” información. Aunque, para ser sincera, al igual que con otros modelos, no confiaría al 100 % en sus datos (se basa en tuits de usuarios que no necesariamente están comprobados).

Grok ha sido criticada por su postura política, que despierta dudas sobre el sesgo ideológico que tiene (nada objetivo). Como algunos han dicho, hablar con esta IA sí sería como discutir con Musk: en su mismo tono irónico, confrontativo e impredecible, lo que, al menos para mí, la hace entretenida, pero poco confiable. En sus inicios, fue muy criticada por arrojar resultados con insultos, contenidos antisemitas o erróneos.

Aunque sin duda su mayor desventaja es que tiene una base de usuarios aún muy baja. Según cifras de VisualCapitalist, para julio de 2025, ChatGPT (OpenAI) tenía 82.7% del mercado de IA generativa; Perplexity, 8.2%; Copilot (Microsoft), 4.5%; Gemini (Google), 2.2%; DeepSeek (la IA china), 1.5%; Claude (Anthropic), 0.9%; y todos los demás modelos —entre ellos Llama (la IA de Mark Zuckerberg) y Grok (Musk)— con menos del 1 % del mercado.

Pero Musk no parece tener planes para rendirse pronto. En febrero de 2025 intentó hacer una jugada maestra: aliarse con su antiguo “enemigo”, Zuckerberg, para comprar OpenAI. El acuerdo no se concretó.

¿Una IA incomprendida?

Musk planea integrar Grok en Tesla, para crear autos que comprendan mejor las intenciones del conductor, y en SpaceX, para asistir en misiones autónomas en el espacio. Su visión es crear, con IA no generativa (no disponible al usuario), un ecosistema interconectado.

¿Cómo lo logrará? xAI ha reclutado a exingenieros de OpenAI y Google DeepMind. Y en 2024 recaudó 6,000 millones de dólares en inversión privada, una cifra que demuestra que, aunque su IA no sea la más popular, su fundador sigue siendo magnético para los inversionistas.

Elon Musk no es mi personaje tecnológico favorito, pero sin duda quiero ver qué hará el hombre más rico del mundo para no darse por vencido con la IA, pues hasta ahora nunca ha necesitado ser el primero para ganar. Cuando lanzó Tesla, el mercado de autos eléctricos era casi inexistente; hoy vale más que Ford y GM juntos. Y cuando fundó SpaceX, los cohetes eran asunto exclusivo de los gobiernos…

En su apuesta por la IA, ¿con quién buscará alianzas? ¿A quién le meterá el pie? ¿Con quién se peleará? ¿Creará la IA que en el futuro pilote cohetes, maneje autos y modere debates en redes sociales? Tendremos que esperar para verlo…

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