Drones, traslados forzosos y deportaciones: así trata Rusia de expulsar de sus casas a los ucranios
Poco antes de morir, a finales de agosto, Oleksandr Gordienko fue retratado por la cadena Suspilne. Rifle en mano, el agricultor ucranio de 58 años aparecía como un héroe de la resistencia frente a los drones rusos en la orilla derecha del río Dniéper. Contaba Gordienko que había derribado 80 aeronaves enviadas por Rusia hacia sus campos. Unos días después, el 5 de septiembre, uno de estos aparatos acabó con su vida mientras viajaba en coche. Gordienko ingresaba en la lista de víctimas de la campaña de terror aéreo perpetrada por Moscú en las provincias de Dnipró, Jersón y Mikolaiv, en el sur y centro del país. Este lunes, la Comisión de Investigación de la ONU sobre Ucrania ha calificado de “crímenes de guerra y contra la humanidad” este tipo de ataques contra los civiles. El objetivo de Rusia, según este organismo: expulsarlos de su tierra.
