La Sonora en el congreso

La semana pasada dos eventos contrastantes mostraron la dimensión que tiene nuestra vida pública el día de hoy en México. Por un lado, y después de advertencias de por medio, la huasteca mexicana que incluye a Veracruz sufrió las lluvias torrenciales más implacables de las que se tenga memoria.

El rio cazones, que cruza Poza Rica, se desbordó un poquito, dijo la gobernadora Nahle, destruyendo todo a su paso, miles de personas perdieron familiares, casa, modestas pertenencias y la ciudad quedó en franco estado de emergencia alimentario, de salud y productivo.

En añadido, ahora sabemos que la gobernadora, había suspendido un seguro que tenia contratado el gobierno estatal anterior, para paliar desastres naturales, por un poco más de 400 millones de pesos. Lo iría a sustituir con la creación de una aseguradora estatal que no ha visto la luz y por supuesto el gobierno estatal y municipal, no tienen ningún fondo de prevención para eventos como este, imitando la sinrazón federal de no tenerlos tampoco.

En la semana pasada, también y por que no, el vicepresidente de la cámara de diputados, el veracruzano Sergio Gutierrez Luna y el “artista” Sergio Mayer, tuvieron la brillante idea de hacerle un homenaje a la Sonora Santanera. Aquello acabó en bailongo de diputados, que al ritmo de la pegajosa música departieron y se divirtieron porque vivimos en un México casi perfecto en donde no hay tragedias que atender, ni delincuencia que combatir, ni problemas serios que merezcan la atención y discusión de esos mismos diputados.

En algún lugar he leído que no son los grandes escándalos y desastres institucionales los que muestran el desgaste y la verdadera dimensión humana de un régimen, de un gobierno o un estado, sino sus pequeños desatinos y puerilidades. Este es el perfecto ejemplo.

Y, sin duda, obliga a la respuesta de varias preguntas. ¿Para qué hacerle un homenaje a la Sonora Santanera? ¿Con quién se quiere quedar bien? ¿A qué público va dirigido un evento como ese? ¿Por qué a sólo unos días en los qué en el estado de uno de los promotores, la gente está pasando por una tragedia? ¿Porqué convertirlo en bailongo? Y, cuando todo esto se les pregunta a los organizadores las respuestas dejan mucho más desnudo al régimen y la calidad humana y política de la 4t y sus miembros. “Era un evento cultural”, dice Gutiérrez Luna. “La vida sigue” dice Sergio Mayer.

Ni uno ni otro han podido justificar su evento con argumentos plausibles y comedidos con aquellos en desgracia. Ninguno ha podido transmitir el valor político, humano y cultural de aquel evento y la razón de su realización en ese momento en específico y ninguno ha podido dar muestras de altura en este episodio, ni en su ya larga y mediocre trayectoria. Dios los hace y ellos se juntan. Nada más, pero nada menos, también.

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