Las ofrendas para mascotas dinamizan las ventas del Día de Muertos
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El mercado de Jamaica huele más que a rosas, girasoles y gerberas durante esta temporada. La mezcla de incienso, cempasúchil y pan de muerto anuncia la llegada de los fieles difuntos. Pero entre las flores y las velas, hay un nuevo protagonista en las ofrendas : las mascotas . Si antes eran recordadas como guías hacia el Mictlán, hoy los perros y los gatos acompañan a sus dueños en el altar con figuras de barro, velas personalizadas, retratos, disfraces o incluso con su propio espacio entre el papel picado y las calaveras. Esta tendencia cultural refleja un cambio más amplio: la humanización de los animales de compañía, que está transformando un mercado valuado en 898.6 millones de dólares en 2024 y que alcanzará los 1,557.5 millones hacia 2030, con una tasa de crecimiento anual de 9.6%, según Strategy. El fenómeno se siente en los pasillos del mercado de Jamaica, donde entre catrinas, pan de muerto y guirnaldas de flores, las figuras de perros y gatos ganan terreno. “Desde siempre hemos tenido perros o gatos para las ofrendas, pero antes los compraban menos y no había tantos proveedores. Eran más caros y la mayoría artesanales. Desde hace varios años la gente compra más, se llevan el número de figuras por cada animalito que ponen en la ofrenda”, dice Francisco, comerciante del lugar.
El comerciante cuenta que compra hasta cinco veces las piezas de otros años, por ejemplo antes de la pandemia. Ahora, además de la diversidad de figuras entre las tradicionales calaveras catrinas, Francisco vende piezas de perros y gatos que parten de un precio de 30 pesos y que van en aumento según el tamaño y material. Los gatos y los perros pintados de negro y con sus esqueletos marcados no son el único producto en el mercado. Portarretratos personalizados, velas aromáticas con figuras, esqueletos de perros salchicha elaborados en plástico, pinturas enmarcadas de perros y gatos de diferentes razas y hasta papeles picados donde las mascotas son las protagonistas son ahora comunes en el ambiente de Día de Muertos de este tradicional mercado de flores. Hay personas que compran tres figuras pequeñas para que cada uno de sus animales de compañía esté representado en la ofrenda, otros compran las figuras elaboradas con papel maché de tamaño real. Esa figura que más se asemeja a su mascota es la que adquieren para la ofrenda. –¿Cuánto valen los gatitos?– pregunta una señora en voz alta para que Francisco la escuche por encima de la cumbia que suena a todo volumen de unas bocinas de un puesto de tacos. –35 pesos las más chicas y 90 las más grandes– responde el marchante mientras señala la figura de cerámica de un gato color negro que tiene en los ojos flores de color azul, como el maquillaje de catrinas. Las figuras de mayor tamaño llegan a costar 1,300 pesos. También hay quien ofrece alguna promoción 3×2. “Compramos todo aquí. De mis mascotas vamos reemplazando las figuras porque con el tiempo unas se maltratan o llegan modelos más bonitos. Aunque lo único que tenía pensado comprar era un disfraz para mi perro, que es un yorkshire”, dice Elizabeth. En los pasillos interiores del mercado, en el área de productos para mascotas, este año hay disfraces de Chucky, calabazas y los clásicos de brujitas y diablitos. El de moda es el del muñeco. “La gente viste a sus perros para que acompañen a los niños a la calaverita. El 1 y 2 de noviembre hay varios aquí pidiendo”, dice Ricardo, quien comenta que de diez piezas que vende, en esta temporada seis son disfraces. En una veterinaria en la zona de Tlatelolco la dinámica es similar. “La gente viene a comprar disfraces, aunque también se venden mucho los que son suéteres de figuras como dinosaurios y de personajes como Pikachu o los Monster Inc porque esos los usan para abrigarlos”, dice Adriana, la administradora.
Crecen los servicios funerarios para mascotas Con el aumento en la propiedad de mascotas, la humanización de los animales de compañía y la demanda de productos, los servicios de cremación para mascotas también crecen y las empresas funerarias se adaptan al mercado, no solo con cremaciones, sino incorporando a su oferta ceremonias de despedida. J. García López ofrece este servicio a través de la marca Bye Bye Friend, un santuario que opera desde 2020 y que en sus dos sucursales –en Tlalpan y la Condesa– brinda servicios desde la recolección del cuerpo de las mascotas, transporte en carroza especial, salas de despedidas, urnas y certificados de cremación y hasta servicio de tanatología. “Antes de la pandemia la gente tenía mascotas, pues como un accesorio. Ahora con la transición de un cariño empuja un crecimiento del mercado”, dice Patricio Borrego, director operativo de Bye Bye Friend, lo que ha derivado en que la empresa reporte un crecimiento de 20% en el último año. En el futuro, Bye Bye Friend evalúa la apertura de nuevos santuarios en la zona norte de la Ciudad de México para abarcar un mayor mercado, dado que están ubicados en el sur y centro de la ciudad y la demanda de los servicios va en aumento. “Hace cuatro años iniciamos haciendo cinco cremaciones a la semana y hacemos 16 diarias”, declara. Grupo Gayosso también cuenta con sala de velación para animales de compañía, que se encuentra dentro de sus instalaciones en la colonia San Rafael, en la Ciudad de México. Los planes de previsión funeraria de este servicio han superado el 130% de la proyección inicial, con un crecimiento a doble dígito. En un solo día pueden vender entre dos y tres servicios de uso inmediato y hasta 15 contratos de previsión, según Juan Rodríguez, director general de Gayosso. “Hemos tenido servicios funerarios para mascotas que superan en precio a los de un ser humano, incluso el doble. Para nosotros, el servicio no está ligado al costo, sino a la decisión personal del cliente”, dijo el directivo a Expansión en julio. Las mascotas se han vuelto protagonistas en la celebración del Día de Muertos. Si antes eran recordadas como guías hacia el Mictlán, hoy forman parte de las ofrendas a través de velas, alimentos especiales, figuras decorativas y hasta servicios funerarios. El mercado sigue creciendo al ritmo de esa conexión emocional.
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