La soledad del votante democrático

Pocas frases me pueden alejar más de un movimiento político que la que escogió el Partido Acción Nacional para relanzar su oferta a los votantes: Patria, Familia y Libertad. No solo se asemeja al conservador: Dios, Patria, Familia del fascismo del siglo XX, sino que además remite a conceptos que no comparto: “Patria” divide a las personas injustamente, para mí es una idea de otros tiempos.
En todo caso yo tengo los ojos puestos en una ciudadanía global sin más patria que la justicia. “Familia”, en singular, suena a la defensa de la familia tradicional o, lo que es lo mismo, a la discriminación de todas las otras familias: las que conforman parejas homosexuales, como las familias de madres solteras que si bien no se ajustan a la norma tradicional, son familias hechas y derechas. “Libertad” me sumo a su defensa, pero siempre bajo la idea de que la desigualdad merma la libertad.
Necesitamos cierto equilibrio entre libertad e igualdad. Pero sospecho que la libertad panista se refiere al libertarismo de Milei. ¿Esperaba otra cosa? No. Pero yo no puedo votar por un partido que se opone a la libertad de elegir qué hacer con el propio cuerpo; cómo construir la propia personalidad. Un partido renuente a defender la democracia. Y es que eso de discriminar familias es absolutamente contrario al espíritu liberal.
Como votante me siento solo, me gustaría ver una propuesta política en otros ejes: Justicia, Libertad e Igualdad. Así entiendo el progresismo. Morena, supongamos, tiene ideales sociales que abonan a la igualdad, pero a veces me pregunto si quieren que la gente viva mejor o solo quieren que voten por ellos. Su agenda en pos de la libertad es muy dudosa, ahí están los ataque a la libertad de expresión, ahí está su falta de compromiso con la interrupción del embarazo, su incapacidad de legislar para regular el mercado de las drogas. Y de la justicia cada día se alejan más: de la procedimental, destruyendo los procedimientos, y de la razón pública más aún: no debaten, son soberbios, y desdeñan la deliberación. Están muy lejos de ser defensores de la democracia
En fin, el Pan está demasiado lejos de lo que defiendo. Morena se puso el disfraz del progresismo pero es un partido conservador y autoritario, defiende corruptos, y privilegia mantener el poder sobre construir democracia. Otro día hablamos del PRI y de MC, que tampoco son una alternativa para un votante como yo.