Israel y Corea lideran en inversión I+D de países OCDE; México figura en los últimos lugares

El mapa global del gasto en investigación y desarrollo (I+D) dentro de la OCDE confirma una brecha persistente: mientras Israel y Corea del Sur sostienen niveles récord de inversión respecto del tamaño de sus economías, varias economías latinoamericanas del bloque se mantienen entre las de menor intensidad.
En 2022, la intensidad de I+D del área OCDE fue de 2.7% del PIB, con Israel y Corea en la cima con aproximadamente 6% y 5.2% del PIB, respectivamente. Estados Unidos y Japón se ubican en el grupo alto, alrededor de 3.5% y 3.4%, y Suecia se mantiene como uno de los líderes europeos con algo más de 3 por ciento.
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En el otro extremo, los países latinoamericanos miembros de la OCDE, Colombia, México, Chile y Costa Rica, figuran entre los de menor gasto en I+D como porcentaje del PIB. En Colombia, el país destina alrededor de 0.3% del PIB a I+D, un nivel muy por debajo del promedio del bloque y que el gobierno busca elevar con instrumentos como créditos fiscales y regalías orientadas a innovación.
Las cifras más recientes disponibles para los demás rezagados confirman la brecha. Costa Rica ronda el 0.34% del PIB, México se sitúa cerca del 0.3% y Chile alrededor del 0.36%, todos muy por debajo del promedio de la OCDE y de los líderes.
Letonia, fuera de América Latina pero citada con frecuencia entre los niveles bajos, también se mantiene por debajo del 1% del PIB.
El contraste europeo ayuda a dimensionar el rezago. La Unión Europea promedió 2.26% del PIB en 2023, con países como Suecia, Bélgica y Austria por encima de 3 por ciento. El grupo de alta intensidad tiende a combinar un robusto gasto empresarial con políticas consistentes de largo plazo.
La evidencia de la OCDE subraya que no es solo cuánto se invierte, sino cómo. Los líderes concentran una alta proporción del financiamiento en el sector empresarial, apoyado por esquemas previsibles de incentivos y una infraestructura de innovación madura. En Colombia, se recomienda reforzar los instrumentos que movilicen la I+D privada, optimizar los créditos fiscales, mejorar la focalización regional de los recursos y fomentar encadenamientos entre grandes y pequeñas empresas, ya que el bajo gasto en investigación limita las ganancias de productividad y la diversificación productiva.
En síntesis, el ranking difundido en redes, con Israel, Corea, Suecia, Estados Unidos y Japón arriba; y Costa Rica, Colombia, México, Chile y Letonia abajo, es consistente con las bases estadísticas oficiales. Las posiciones exactas pueden variar según el año más reciente disponible para cada país, pero la brecha estructural entre ambos grupos se mantiene clara.
Para América Latina dentro de la OCDE, cerrar esa distancia requiere elevar la inversión, mejorar su composición a favor del sector privado y consolidar políticas estables que reduzcan la volatilidad presupuestal de la I+D.