El expresidente francés Nicolás Sarkozy entra a prisión por asociación ilícita

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Estas celdas están escasamente amuebladas. Generalmente contienen una cama y un escritorio fijados al suelo, una silla de plástico, unas pocas estanterías, una ducha y un inodoro, además de una pequeña placa calefactora, un refrigerador y un televisor. “¡Oh, bienvenido Sarkozy!”, “¡Está Sarkozy!”, gritaron varios presos a su llegada a la única cárcel parisina, constataron periodistas de AFP. El exmandatario conservador sigue los pasos de otros famosos presos que ya pasaron por esta prisión, como el venezolano Carlos “El Chacal”, condenado por atentados en los años setenta y ochenta, o el dictador panameño Manuel Noriega.
Libertad condicional Sin embargo, podría permanecer sólo unas semanas, porque sus abogados solicitaron ya su libertad condicional. La justicia tiene dos meses para resolver. Mientras tanto, podrá salir “solo” una hora al día al patio y recibir la visita de familiares tres veces por semana, precisó su abogado Christophe Ingrain. La mayor parte del tiempo estará en su celda, donde leerá y escribirá sobre esta “experiencia tan difícil”, agregó. “Sarko”, como se le conoce, será el primer exjefe de Estado francés encarcelado desde Philippe Pétain, quien acabó entre rejas al término de la Segunda Guerra Mundial por colaborar con la Alemania nazi. Y el primero de un país ya dentro de la Unión Europea.
Aunque el proceso no permitió demostrar que el dinero se utilizó en “última instancia”, el tribunal subrayó que sí salió de Libia, por lo que lo condenó por asociación ilícita y por la “excepcional gravedad de los hechos”.
Independencia judicial Esta condena no es la primera contra este animal político, que ya portó una tobillera electrónica a inicios de año. Suma otras dos por corrupción, tráfico de influencias y financiación ilegal de campaña en 2012, y también tiene otras causas abiertas. Su encarcelamiento choca con la imagen de mano dura contra los delincuentes que se forjó como ministro del Interior entre 2005 y 2007. Aunque seis de cada 10 franceses consideran “justa” su entrada en prisión, según un sondeo reciente, sus críticas a la presunta politización de los jueces le cosecharon apoyos en la derecha y la ultraderecha, y obligaron a Macron a defender la justicia. El principal fiscal de Francia, Rémy Heitz, acusó al ministro de Justicia, Gérald Darmanin, de “atentar contra la independencia de los magistrados”, después de que este anunciara que visitará en prisión a su mentor en política.
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