Desinformación y creencias: los mitos que retrasan la detección oportuna del cáncer de mama

A pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones aún hay creencias, miedos y tabúes que impiden que muchas mujeres acudan con su ginecólogo para atenderse regularmente, lo que dificulta la detección oportuna y tratamiento adecuado de diversas enfermedades como el cáncer.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los tumores malignos —incluido el cáncer de mama— representaron en 2023 la tercera causa de muerte entre las mujeres en México. Lamentablemente, la cifra de fallecimientos por esta enfermedad ha mostrado un incremento sostenido: entre 2010 y 2023 aumentó en un 57.6 %. De las 7,980 defunciones registradas por cáncer de mama, el 48.3 % correspondió a mujeres de entre 50 y 69 años
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Mitos
Ante lo anterior, la Dra. Karla Centelles, oncóloga médica y aliada de Fundación CTR, comparte los mitos más frecuentes que escucha en consulta y explica con claridad por qué es necesario dejar atrás las creencias erróneas y acudir siempre a fuentes confiables y médicas.
- La biopsia “riega” el cáncer. Uno de los temores más extendidos entre las pacientes es pensar que al realizar una biopsia se puede diseminar el tumor. La especialista aclara que esto es completamente falso. “La biopsia es un procedimiento seguro y fundamental para confirmar un diagnóstico. El cáncer de mama es un tumor sólido, por lo tanto, no puede romperse ni propagarse al tomar una muestra”.
- El azúcar alimenta al cáncer. Aunque mantener una dieta balanceada es importante para la salud general, eliminar por completo los azúcares no evita ni detiene el cáncer. “No hay evidencia científica que relacione directamente el consumo de azúcar con el desarrollo de tumores. Lo ideal es evitar excesos y buscar la orientación de un especialista en nutrición”, enfatiza la oncóloga.
- El uso de desodorantes o antitranspirantes causa cáncer. Este es otro mito común sin sustento científico. “No se ha encontrado relación alguna entre el uso de desodorantes y el cáncer de mama. Son ideas sin base que generan miedo innecesario”.
- Los remedios naturales o tés pueden sustituir la quimioterapia. Algunas pacientes recurren a tratamientos alternativos, como tés o extractos herbales, que pueden interferir con los medicamentos oncológicos. “Muchas de estas sustancias se metabolizan en el hígado y pueden afectar los tratamientos médicos. Antes de consumir cualquier suplemento o producto natural, es indispensable consultarlo con el médico tratante”, advierte la especialista.
Aunque puede presentarse en mujeres de cualquier edad a partir de la pubertad, un elemento clave y necesario es detectar el cáncer de mama en etapas iniciales, ya que el ser precavido e implementar la revisión médica de forma temprana, incrementa considerablemente las posibilidades de curación. La autoexploración mensual sigue siendo una herramienta básica.
La mayoría de las pacientes detectan una bolita en el seno o la axila. Ante cualquier anomalía, es importante acudir al médico sin demora”, recomienda la Dra. Centelles.
Otros signos de alerta incluyen cambios en la textura de la piel (similar a una cáscara de naranja), pezón invertido o secreciones con sangre. La mastografía anual a partir de los 40 años sigue siendo el método más eficaz de detección temprana.
Sin embargo, las mujeres más jóvenes deben realizar una revisión clínica anual desde los 25 años y aprender técnicas adecuadas de autoexploración. “He atendido pacientes de tan solo 19 años. Ser joven no exime a nadie de padecer cáncer de mama”, subraya la oncóloga.
Algo muy relevante es que el tratamiento no siempre implica una mastectomía, el cáncer de mama no se trata igual en todos los casos. Hoy, los avances médicos permiten diseñar tratamientos personalizados que incluyen cirugías conservadoras, quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia y terapias dirigidas. “Incluso en etapas avanzadas, el cáncer de mama tiene opciones de control. Ya no es sinónimo de una enfermedad terminal”, afirma.
Centelles recomienda adoptar hábitos saludables para reducir riesgos y mejorar la calidad de vida. Además, enfatiza la importancia de acudir periódicamente al ginecólogo, evitar el tabaco, reducir el consumo de alcohol y mantener una alimentación equilibrada.
“Nunca es tarde para empezar. Si nunca has ido al ginecólogo, el mejor momento para hacerlo es hoy. La prevención puede marcar la diferencia entre un diagnóstico temprano y uno tardío”, finaliza.