Osteoporosis: Hacia el 2050, se espera que el 37% de los mexicanos mayores de 50 años la padezca

A medida que la esperanza de vida aumenta, el envejecimiento poblacional se vuelve un factor de riesgo para padecer osteoporosis.
Se estima que, en el mundo, alrededor de 500 millones de personas padecen osteoporosis sin haber sido diagnosticadas y, de acuerdo con la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF), a nivel mundial se producen hasta 37 millones de fracturas cada año, lo equivalente a 70 fracturas por minuto.
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Actualmente, en México, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años viven con osteoporosis y se espera que, en 2050, el 37% de los mexicanos mayores de 50 años la padezca.
Factores de riesgo
Cabe señalar que la disminución de los niveles de estrógeno en las mujeres durante la menopausia es uno de los principales factores de riesgo ya que el proceso de recambio óseo se acelera y, con éste, el ritmo de pérdida de hueso.
Otros factores de riesgo incluyen problemas de tiroides, desajustes hormonales, bajo consumo de calcio, uso prolongado de medicamentos corticoesteroides y antecedentes familiares de primera línea que padezcan o hayan padecido osteoporosis. Se estima que las personas con una madre, tía o hermana con osteoporosis tienen una predisposición entre 50 y 85% de desarrollar la enfermedad.
De acuerdo con el doctor el Max Saráchaga, director médico de Amgen México, la osteoporosis no suele presentar síntomas y muchas personas son diagnosticadas a partir de sufrir una fractura ósea.
“Es urgente dar visibilidad a lo invisible, entender que la salud ósea importa y que las personas mayores de 50 años y quienes tengan condiciones de riesgo, consulten a su médico y reciban las indicaciones para realizarse las pruebas necesarias para obtener un diagnóstico y tratamiento oportunos” apunta.
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Osteoporosis
Existen pruebas específicas que miden la Densidad Mineral Ósea (DMO) en diferentes partes del cuerpo cuya función es proporcionar una evaluación instantánea de la salud ósea. Esta prueba detecta la osteoporosis, evalúa el riesgo de fracturas y permite monitorear la respuesta al tratamiento osteoporótico.
La osteoporosis es una enfermedad que puede tratarse con el objetivo principal de reducir el número de fracturas por fragilidad. Como medidas generales, se recomienda mantener una dieta equilibrada rica en calcio y abandonar el consumo de tabaco y alcohol. El médico puede indicar la suplementación de calcio y vitamina D cuando sea necesario, así como recomendar el tipo de ejercicio que el paciente debe realizar diariamente para evitar caídas, alcanzar un menor índice de pérdida ósea y evitar fracturas.
El médico de primera línea que atiende una fractura debe valorar al paciente y cuando existan factores de riesgo, indicar las pruebas de diagnóstico de osteoporosis, como una densitometría ósea, un examen totalmente indoloro. En caso de contar con un diagnóstico positivo, debe indicar un tratamiento y así evitar que la persona sufra más fracturas en el futuro”, señaló el doctor Max Saráchaga.
Dada la importancia de prevenir fracturas por fragilidad en las personas con osteoporosis, existen las Unidades de Coordinación de Fracturas (UCF), que son servicios especializados en la prevención secundaria de fracturas e implementan tratamientos para pacientes con osteoporosis.
Tratamiento
Estudios han confirmado la efectividad económica del modelo UCF en la prevención secundaria, ya que ayudan a reducir el número de fracturas, mejorar la calidad de vida de los pacientes y ahorran costos al sistema de salud.
Los tratamientos para la osteoporosis pueden incluir el uso de un anticuerpo monoclonal contra la pérdida ósea, que refuerza los huesos y reduce las posibilidades de fractura al dirigirse específicamente al Ligando del RANK (RANK-L), para regular los osteoclastos (células que degradan los huesos), conduciendo a una reducción en la resorción ósea y a un aumento en la masa ósea.
Este tipo de tratamiento está indicado para mujeres posterior a la menopausia, reduciendo la incidencia de fracturas de cadera, vertebrales y no vertebrales. También está indicado para el tratamiento de la pérdida ósea en pacientes que se someten a ablación hormonal para cáncer de próstata o cáncer de mama, así como para pacientes con osteoporosis inducida por glucocorticoides. Estudios han demostrado su eficacia en la reducción de fracturas de columna, cadera y no vertebrales, hasta en 68%, y se le ha asociado con reducción persistente del recambio óseo, aumentos continuos en la DMO y baja incidencia de fracturas.
Las mujeres en etapa posterior a la menopausia que presentan alto riesgo de fractura definido con antecedentes de fractura osteoporótica o múltiples factores de riesgo de fractura, así como pacientes intolerantes al tratamiento contra la osteoporosis, pueden beneficiarse de un tratamiento inhibidor de la esclerostina. Se trata de un osteoformador que trabaja de forma dual al ayudar a formar hueso y reducir – en menor medida – la pérdida ósea. Un estudio demostró que redujo el riesgo de nuevas fracturas de columna en un 73 % en comparación con el placebo a los 12 meses.
“Parte esencial de nuestro compromiso en el desarrollo de medicamentos a través de un profundo aprovechamiento de la ciencia y la biología es procurar una mejor calidad de vida para personas que viven con enfermedades crónicas. Hoy en día existen tratamientos eficaces y herramientas que permiten a las personas con osteoporosis, reducir el riesgo de fracturas, reducir el impacto económico de la enfermedad y vivir una vida con mayor calidad”, concluyó el doctor Saráchaga.