Las expectativas de la economía mexicana
Evidentemente, la economía global vive un momento complejo, marcado por la incertidumbre en el tema arancelario. Las relaciones comerciales globales se están reconfigurando, pero sin llegar todavía a un equilibrio, las disputas continúan y seguramente pasará un tiempo en alcanzar un equilibrio. Eso es la fuente de incertidumbre también aquí en México. En la Encuesta de Expectativas del Banco de México, las respuestas de los especialistas se agrupan en tres bloques: gobernanza, condiciones externas y condiciones económicas internas. Llama la atención que el peso relativo de cada uno ha cambiado de manera significativa en el último año. Mientras que en 2024 predominaban los temores ligados a la gobernanza —como la incertidumbre política interna y los problemas del estado de derecho—, en 2025 esos factores han perdido relevancia. La incertidumbre política cayó de 21% a 5%, y las menciones a fallas en el estado de derecho también retrocedieron, señal de que el sector privado no percibe un deterioro institucional inminente. En contraste, las condiciones externas pasaron de 7% a 30% de las respuestas, impulsadas sobre todo por la política de comercio exterior y la posibilidad de conflictos con socios estratégicos. En este contexto, la atención del sector privado se ha desplazado de las reformas institucionales hacia la estabilidad del entorno internacional, la seguridad y la previsibilidad de las reglas comerciales, que hoy marcan la pauta de las decisiones de inversión. Es decir, no existe evidencia de que preocupaciones en torno a temas como la reforma judicial tenga impacto negativo en la inversión. En realidad, México ha sido capaz de garantizar estabilidad en un ambiente global de incertidumbre.
Esto es, la preocupación no es lo que sucede en México, sino la incertidumbre de la economía global. La buena noticia es que, en ese frente, el externo, México se encuentra en una mejor relación con respecto al resto del mundo: el 80% de nuestros productos exportados no tienen aranceles y existen conversaciones para reducir los aranceles de productos que ahora los enfrentan. El tratado se mantiene y eso protege a nuestras exportaciones. En esa lógica, al final, nuestro país va a enfrentar una situación que va a favorecer a nuestra industria, que se desarrolla en sectores de alta complejidad y que puede aprovechar las nuevas circunstancias. Además, se han planteado también políticas y medidas arancelarias para proteger a la industria nacional, en sectores afectados por competencia que no es justa, para que el mercado nacional sea aprovechado por industrias que han perdido terreno, a pesar de ser competitivas, como la del textil o la del calzado.
Los altos y crecientes niveles de inversión extranjera muestran la confianza que existe en el país con respecto a su futuro. El tratado, la relación de diálogo con los Estados Unidos y nuestra sólida capacidad industrial nos sitúan como una de las naciones con mejor perspectiva hacia el futuro. En el agregado, a pesar de la incertidumbre global de corto plazo, la economía mexicana luce sólida, con muy buenas expectativas.