Robert Lighthizer, el comercio justo y el papel de México

Ningún Comercio es Libre es la versión en español del libro de Robert Lighthizer, que publicó Editorial Porrúa en México, y que fue comentado en un evento del ITAM por su propio rector, Arturo Fernández, y la economista Ana Aguilar, del Consejo Mexicano de Negocios. La tesis central de Lighthizer es que no solamente se debe valorar el comercio por sus ganancias en términos de eficiencia y reducción de precios, sino también los efectos en la población en términos de empleo y encadenamiento productivo. Desde su punto de vista, el comercio, que es necesario, debe de ser justo, más que libre. Buena parte del libro versa sobre la negociación de TLC, que se convirtió en el T-MEC, y destaca las ganancias de mayor contenido regional para los tres países, gracias al nuevo acuerdo. El autor piensa que se trata de un acuerdo que funciona, pero que debe de mejorarse.

La mayor parte del texto, sin embargo, se centra en la pérdida de empleos y la desindustrialización que han sufrido los Estados Unidos, lo que le parece particularmente preocupante en sectores estratégicos de alto contenido tecnológico, como resultado de la competencia china. Considera que para su país es fundamental desvincularse de la economía china en esos sectores estratégicos y de alta tecnología, como una condición para mantener la capacidad tecnológica y productiva de Estados Unidos, la calidad de vida y los empleos de sus trabajadores, y el propio rol hegemónico que su país juega en la economía global.

Para Lighthizer, la salida es el desacoplamiento, es decir, reducir la dependencia comercial y tecnológica, reducir el intercambio comercial y, sobre todo, eliminar el déficit comercial de EU con China. En su opinión, países aliados y vecinos deben de jugar un papel para lograr la meta del desacoplamiento. México es, por supuesto, un candidato ideal para ese propósito. La vecindad, la infraestructura común existente, la intensidad de la relación comercial y la capacidad industrial de México permiten pensar en una mayor participación nuestra en cadenas como la de semiconductores, la farmacéutica y de dispositivos médicos, la electrónica, la aeroespacial, la de datos y la de telecomunicaciones. Es difícil pensar que la reducción de la dependencia de Estados Unidos a China no pase por una mayor integración de Norteamérica en esos sectores que les preocupan.

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