La flotilla con ayuda a Gaza encara el tramo final de su travesía mientras Israel endurece el tono contra sus integrantes
La flotilla con ayuda a Gaza (conocida como la Global Sumud Flotilla) que partió de Barcelona a finales de agosto encara la recta final de su travesía. A medida que ese hipotético momento de acercamiento a Gaza se aproxima, se intensifican las críticas en el Gobierno israelí. La misión humanitaria, que pretende servir de denuncia sobre el bloqueo al que Israel somete a la Franja, cuenta ahora con 39 barcos con más de 500 personas a bordo y, si no surgen nuevos imprevistos, en una semana llegarán a las costas de la Franja. En paralelo, varios drones han sobrevolado las embarcaciones durante las tres últimas noches. La convicción y el nerviosismo de los tripulantes aumenta, especialmente tras los dos ataques sufridos en aguas tunecinas. Mientras, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha elevado el tono para desacreditar la acción humanitaria y la ha calificado como la “flotilla yihadista de Hamás”. Las autoridades israelíes proponen que los barcos depositen la ayuda que llevan a bordo en el puerto de Ashkelon, en el sur de Israel, para que sea “transportada pacíficamente a la franja de Gaza”.