El alzheimer no sólo borra recuerdos; también se lleva futuros

“Es ver a tu persona favorita perder poco a poco su esencia, hasta convertirse en alguien distinto frente a tus ojos”.

Este 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, es fecha de recordar que en México 1.3 millones de personas mayores de 60 años viven hoy con demencia, y que para 2050 serán más de 3.5 millones. De recordar que el 85% de los costos de esta enfermedad recaen sobre las familias, en su mayoría mujeres que dejan de ser hijas, esposas o profesionistas para convertirse en cuidadoras invisibles.

Este panorama fue documentado en el informe Changing the Narrative: Alzheimer’s Disease in Mexico [ver referencia abajo], elaborado por The Economist Impact en colaboración con la farmacéutica Eli Lilly, donde se desnuda con cifras y testimonios la magnitud de esta crisis silenciosa sin atención real en nuestro país. Así es. La triste realidad es que hasta 9 de cada 10 casos de estas demencias permanecen sin diagnóstico, condenando a miles de familias a perder años valiosos en los que podrían intervenir oportunamente y acompañar a su ser querido para evitar un deterioro acelerado.

También día de recordar que cada diagnóstico no es solo una estadística: es una silla vacía en la oficina porque alguien renunció a su trabajo para dedicarse cuidar al papá, mamá o al abuelo o abuela; es un proyecto de vida que se detiene; es un abrazo que ya no se reconoce.

Para detectar alzheimer, cada minuto cuenta

En un país que envejece rápido, no podemos permitir que el Alzheimer nos arrebate recuerdos, y también futuros. Y menos aún que nos robe el tiempo, porque en este terreno, cada minuto cuenta. El tiempo que perdemos en diagnósticos tardíos, en políticas insuficientes, en estigmas que nos hacen callar, es tiempo que gana el Alzheimer. Y ese tiempo perdido se traduce en más dolor, más carga y más soledad para millones de familias.

Formas en que el estigma se manifiesta

En principio es importante que entre nosotros ubiquemos cuando estamos generando estigma en torno a esta condición, porque hay muchos estereotipos y suposiciones dañinas que luego no alcanzamos a ver en nuestro propio medio.

La primera creencia equivocada es creer que las personas con alzheimer ya no pueden tener calidad de vida o que es una enfermedad solo de personas mayores. Aquí algunas de las principales formas del estigma en torno al alzheimer:

Lenguaje negativo: Usar términos despectivos o que subestimen o no empoderan a la persona que vive con la enfermedad.

Falta de concientización: Hay que entender que la demencia no es algo normal del envejecimiento, que es evitable, prevenible y que para quien ya lo padece hay formas de mejorar su calidad de vida.

Aislamiento social: Es común que las personas con demencia sean excluidas por sus amigos o familiares, y sus relaciones cambian negativamente, cuando eso puede evitarse dialogando y recurriendo a buscar opciones.

Pérdida de autoestima (autoestigma): Las personas con alzheimer pueden internalizar las creencias negativas sobre la enfermedad, lo que les lleva a sentirse avergonzadas, inferiores o una carga para otros, y a un completo aislamiento.

Estigma por asociación: Los cuidadores y familiares también sufren las consecuencias negativas del estigma asociado a la enfermedad, lo cual también los aísla.

Ignorar las voces de las personas con demencia: Se piensa que sus opiniones no son válidas o no se toman en serio, lo que les impide participar en la conversación sobre la enfermedad.

Es un reto al que podemos ganarle tiempo

Hoy, más que nunca, necesitamos conversaciones que alivien ese peso. Es necesario que como sociedad seamos más conscientes y ver la manera de cómo reducir o desaparecer el estigma, que se reconozca a los cuidadores nunca remunerados, que se exijan programas de apoyo y diagnósticos tempranos. Conversaciones que transformen la empatía en acción.

Porque recordar no es solo un acto de memoria, también es un acto de responsabilidad. Recordar hoy, cuando aún podemos, lo que otros ya no logran. Recordar para defender el derecho a la dignidad, a la autonomía y al acompañamiento. Recordar que el Alzheimer no debe ser una condena inevitable, sino un reto al que podemos ganarle tiempo.

Y entre líneas, este día también nos recuerda algo más: que la memoria de un país se construye con la suma de todas sus historias. No olvidemos a quienes ya no pueden recordar. No olvidemos que aún estamos a tiempo.

Referencia: [1] Economist Impact & Lilly. (2025). From awareness to action: Addressing the growing burden of Alzheimer’s in Mexico. https://assets.ctfassets.net/9crgcb5vlu43/1IjtWxa909Ue3BXqUXuTbd/1d1f0c623cdc292f0a94b5f0f10546bd/EIxLilly_Alzheimers_LATAM_Country_Profile

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