Presupuesto 2026: golpe de realidad

“Tenemos que pagar la maldita deuda corrupta de Calderón y Peña” fueron las palabras de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum al referirse de manera particular a Pemex cuando hablaba del presupuesto 2026. Al ser el primer presupuesto 100% responsabilidad de ella, enfrenta el golpe de realidad que sufren todos los presidentes de México y el mundo. Por naturaleza los gobiernos gastan demasiado, están llenos de compromisos reales e imaginarios, de necesidades fundamentales para la sociedad y de caprichos gubernamentales; para unos son submarinos nucleares, para otros, tinacos y tabletas para adquirir votos. Lo cierto es que no hay jefe de estado que no se lleve sorpresas desagradables cuando le presentan los números del siguiente año. En las últimas décadas, las naciones, enfrentan escasez de dinero al tiempo que ven crecer sus abultadas deudas. Está realidad no es inherente únicamente a nuestro país. A partir de la crisis financiera de las hipotecas en E en 2008, comenzaron a llegar a los gobiernos políticos con una visión en la que el Estado debe de dotar a la sociedad de una cantidad inmensa de derechos sin respaldo presupuestal para hacerlos valer a lo que se suma el espeluznante reto de las pensiones, las cuales no puede autofinanciarse por la reticencia de los propios gobiernos y beneficiarios para entender que en este siglo la población vive más que en el pasado.

En efecto, nuestro gobierno debe pagar la deuda de Calderón y Peña, pero también de sus antecesores y, desde luego, de López Obrador. Para darnos una idea del problema que tenemos podemos remontarnos a mediados del siglo pasado. En 1946 con motivo de la participación de México en el lado ganador de la Segunda Guerra Mundial, al país se le condonó su deuda. A partir de entonces hasta el último año de Peña Nieto (2018) pasaron 72 años y 12 presidentes, en ese tiempo estos presidentes acumularon 10.5 millones de millones de pesos (trece ceros). Andrés Manuel López Obrador en 5 años y 10 meses alcanzó 17.7 millones de millones de pesos, es decir, tomó deuda que alcanza el 70% del total de 12 presidentes juntos. Nuestra presidenta estará alcanzando en su segundo año los 20 millones de millones de pesos, lo que quiere decir que, en 8 años se duplicó la deuda que tardó 72 años en acumularse. El tema de la deuda del gobierno no se está atendiendo como se debe y lo más grave, hace años que el presupuesto de los gobiernos no ha servido para hacer crecer a toda la economía. En un país con tantas carencias, urgido de allegarse herramientas para competir con el exterior, desde el año 2019 al 2026 nuestros gobiernos habrán gastado 67 millones de millones de pesos sin que la economía siquiera pueda crecer más allá del 1% cuando el mínimo requerido es de al menos 4 por ciento.

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