Interés compuesto en inversiones y créditos: usos, ventajas y riesgos
Uno de los conceptos más importantes en las finanzas personales es el interés compuesto, ya que puede acelerar el crecimiento de una inversión o, en sentido contrario, ampliar el monto de una deuda cuando se aplica en créditos.
No todas las inversiones o productos financieros utilizan el interés compuesto, por lo que es fundamental entender cómo funciona, cuándo puede ser beneficioso y en qué casos puede representar un riesgo para tus finanzas personales.
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¿Cómo funciona el interés compuesto en inversiones?
Luis Ángel Rodríguez, director general de BBVA Asset Management México, explica que el interés compuesto consiste en reinvertir las utilidades para incrementar el capital invertido en cada periodo y así obtener mayores rendimientos.
“Para aplicar el interés compuesto, en vez de retirar la ganancia y reinvertir la misma cantidad cada que vence el plazo, los rendimientos generados se suman al capital y se reinvierte todo junto periodo tras periodo. Así el dinero crece de manera exponencial y no linealmente”, señala.
Ejemplo de esto son los fondos de inversión, donde los rendimientos se reinvierten automáticamente, lo que incrementa constantemente el capital. En el caso de los Cetes, puedes aprovechar el interés compuesto si, al término del plazo, reinviertes los recursos de manera manual o activas la opción automática en plataformas como Cetesdirecto.
Según Rodríguez, “el beneficio del interés compuesto es acelerar una inversión y que las ganancias generen beneficios cada vez más grandes con el paso del tiempo”.
¿Y en el caso de las deudas?
El interés compuesto también se encuentra en productos como tarjetas de crédito y préstamos que capitalizan intereses. Si una deuda utiliza este esquema, al finalizar el periodo los intereses se suman al monto adeudado y generan más intereses en los siguientes plazos, provocando que la deuda crezca de forma exponencial. Las tarjetas de crédito son el principal ejemplo, ya que los intereses se calculan sobre el saldo insoluto.
En cambio, en créditos con pagos fijos, no se aplica el interés compuesto. Si no pagas, usualmente se cobran intereses moratorios o penalizaciones, pero la deuda no crece bajo el principio del interés compuesto.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda revisar cuidadosamente los términos y condiciones de los productos financieros para identificar el tipo de intereses aplicados.
