La comunicación científica enfrenta enormes desafíos, pero avanza hacia la profesionalización en AL

La comunicación científica enfrenta enormes desafíos, pero avanza hacia la profesionalización en AL

La desinformación, las teorías de conspiración y una pobre cultura científica son los grandes obstáculos que enfrenta la comunicación de la ciencia en la actualidad. Sin embargo, el XIX Congreso de la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe (RedPOP), que se lleva a cabo en Puebla, muestra que la pasión y la colaboración son clave para superarlos.

México se ha convertido del 9 al 13 de septiembre en el epicentro de la comunicación científica en América Latina al albergar este Congreso bajo el lema “Ciencia Viva: conectar mentes y comunidades”, este evento convoca a más de 400 expertos para abordar los desafíos de llevar el conocimiento científico a toda la sociedad.

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En entrevista para El Economista, Miguel García Guerrero, director ejecutivo de RedPOP, explica que el hecho de que México sea sede de este congreso por cuarta ocasión no es una casualidad. Fue una iniciativa de la UPAEP y Somedicyt, quienes lograron traer el evento a Puebla. “El país es un referente regional gracias a la experiencia de sus divulgadores y al crecimiento de asociaciones profesionales como la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, la Red Mexicana de Ciencia Recreativa, entre otras”.

En entrevista para El Economista, García Guerrero, aseguró que en eventos como este es crucial “compartir desafíos, fracasos y problemas para ayudarnos unos a otros”. Destacó que en los últimos 15 a 20 años se ha observado un avance “impresionante” en la comunicación científica a nivel global y regional. Aunque aún faltan detalles para que sea considerada una profesión completa según las definiciones de expertos como Brian Trench, “para ello la comunidad se está preparando y teorizando, lo que evidencia un camino claro hacia la profesionalización”.

García Guerrero también señaló la urgencia de lo que él llama “metadivulgación”, es decir, comunicar a los propios científicos, tomadores de decisiones y empresarios la importancia de la divulgación. Esto es fundamental para hacerla atractiva y accesible, y así los públicos se sumen al esfuerzo.

El evento reunió más de 620 propuestas de trabajo evaluadas y más de 400 trabajos presentados. El director de RedPOP reconoció que, si bien hubo representación de organismos públicos, se necesita una mayor presencia de tomadores de decisiones a nivel federal y estatal para construir estrategias y generar alianzas. “Este congreso es un paso más en el camino hacia el 2029, cuando México será anfitrión del principal evento global de comunicación de la ciencia, la Conferencia Internacional de Comunicación de la Ciencia y Tecnología, organizado por la Red Internacional sobre Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología (PCST Network), un hito que reafirmará su liderazgo”.

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Congreso RedPOP.Nelly Toche

Un buen momento para la divulgación científica

“La comunicación pública de la ciencia se encuentra en su mejor momento, pero aún tiene un largo camino por recorrer”. Así lo afirmó la doctora Julia Tagüeña, reconocida física y divulgadora mexicana. Dijo que hoy es una disciplina clave para abordar los grandes desafíos globales como el cambio climático. “Si queremos tener un desarrollo sustentable, solo lo lograremos con igualdad y con conocimiento científico”.

Pero para ello la especialista desmitificó la idea de que cualquier persona puede ser divulgador, comparándolo con la complejidad de la neurocirugía. A pesar de que todos creen poder hacerlo, la divulgación, al igual que cualquier otra profesión, debe ser evaluada y criticada de manera estricta.

En este sentido, Tagüeña celebró el auge en la profesionalización del campo. “En la actualidad, existen numerosos posgrados, cursos y diplomados especializados en comunicación de la ciencia. Un avance notable es la inclusión de materias de comunicación científica como obligatorias en carreras universitarias, no con el fin de que todos se conviertan en divulgadores, sino para que adquieran herramientas de pensamiento crítico y, sobre todo, de escritura clara, una habilidad fundamental para cualquier profesional”.

La divulgadora también resaltó la labor del periodismo científico, un medio que llega a un público amplio y genera interés al abordar temas de actualidad. La doctora Tagüeña se mostró optimista al ver que la RedPOP ha logrado unir a diferentes medios para que la ciencia se vuelva popular.

Finalmente,Tagüeña compartió a El Economista una anécdota que le “emocionó” y le dio “esperanza”. Se refirió a la dedicación de grupos en México y Latinoamérica que, con pocos recursos, están organizando ferias de ciencias para niños y jóvenes, incluyendo a aquellos con discapacidades. “Si hay tanta gente dispuesta a luchar por los jóvenes y por este país, quiere decir que tenemos posibilidades”, concluyó, destacando el rol crucial de la divulgación en un mundo que a menudo no valora la inversión en ciencia.

La comunicación como motor de cambio

“La comunicación de la ciencia en México y Latinoamérica es más que un simple acto informativo; es un motor de cambio social y un diálogo esencial para el desarrollo de la región”, así lo afirmó José Eduardo González Reyes, fundador de ADN Aprende y Descubre la Naturaleza, al ser abordado por este medio.

Para González Reyes, eventos como el Congreso RedPOP son “muy importantes” para compartir experiencias y aprender de los modelos exitosos en países como Colombia, Chile y Brasil. Aunque México es líder en el campo de la divulgación científica en Latinoamérica, el especialista enfatiza que el intercambio de ideas y la colaboración permiten a la comunidad aprender sobre la gestión de recursos y la teoría detrás de los proyectos exitosos. “Esto sirve para mostrar que el movimiento no es aislado en el país, sino un esfuerzo global”, explicó.

El experto destacó la reciente convocatoria de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) para proyectos de divulgación, un hecho que no ocurría en seis años y que, según él, podría sentar un precedente para que los gobiernos e incluso la iniciativa privada inviertan más en la comunicación científica.

También coincidió con la idea de que la divulgación de la ciencia necesita “divulgarse a sí misma”. Es decir, es fundamental que tanto los científicos como los gobiernos y la sociedad en general entiendan su valor. Además señaló la falta de espacios de encuentro entre las diferentes ramas de la comunicación de la ciencia, como el periodismo científico, los talleres y los museos. “A veces no estamos tan enterados de lo que hacen los demás”, comentó, subrayando la importancia de generar puentes entre estos gremios.

Finalmente, González Reyes expresó una preocupación. Aunque celebra que más personas se interesen en el tema, advierte sobre el riesgo de banalizar la profesión si no hay una formación adecuada. “Muchos de nosotros empezamos de manera incipiente, pero en algún punto buscamos profesionalizarnos”, dijo.

El experto diferenció entre un divulgador y un “creador de contenido sobre la ciencia”, señalando que este último, aunque no tenga la responsabilidad de comunicar, debe tener un compromiso ético, de inclusión y equidad para evitar la discriminación. “Es importante que todos estemos con el chip de saber que tenemos que profesionalizarlo para hacerlo lo mejor posible”, concluyó, porque al final del día, el objetivo es que el mensaje llegue a la audiencia de la mejor manera.

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