Agua como detonador de inversiones sostenible, plantea Codeen
ENSENADA, SEPTIEMBRE 9,2025.- El Consejo de Desarrollo Económico de Ensenada advirtió que, si no se establecen medidas desde ahora, el futuro podría complicarse para el abasto de agua, en virtud de las caídas de los niveles del Lago Mead que abastece la región y la poca infraestructura para el uso racional del líquido en esta frontera.
De acuerdo con Héctor Uraga Peralta, presidente de ese organismo, la zona costa de Baja California -desde Tijuana a San Quintín– enfrenta uno de los mayores retos de su historia con la escasez de agua, que si bien dicha situación no es nueva, se ha agravado en los últimos años por los recortes de agua de Estados Unidos a Baja California, el crecimiento de la población, la expansión industrial, sector agropecuario y el cambio climático.
El dirigente de Codeen urgió porque se apruebe la segunda etapa de la desaladora de Ensenada para que alcance los 500 litros de por segundo, “para poderle dar mayor viabilidad a los proyectos de inversión”.
Hoy, agregó, el agua es un recurso limitado que exige conciencia, responsabilidad y acción inmediata de todos. Sostuvo que, si bien Ensenada depende en gran medida de acuíferos sobreexplotados, también sufre de recortes y algunas colonias se abastece con pipas y tandeos mientras que San Quintín vive una crisis similar con recortes constantes y falta de acceso en varias comunidades.
“Aunque hay muchas plantas desaladoras, son de las empresas agrícolas, mientras el uso ineficiente en los hogares y las fugas en la red pública provocan que miles de litros se pierdan cada día”, citó.
A esta problemática se suma el que en Baja California se reutiliza poca agua, no obstante que en otras ciudades del mundo, hasta el 70% de las aguas residuales tratadas se reutilizan en agricultura, industria o recarga de mantos acuíferos “y aquí, la mayoría termina desperdiciada o termina en el mar”.
El mito del agua que sobra, recordó, con 70% de cobertura en la tierra, apenas el 1% es agua dulce y “la realidad es que está mal administrado, no se le asigna presupuesto para su uso de manera eficiente y generar nuevas fuentes de o reúso”.
El reto para Baja California, expuso, no es solo disponer de más agua, sino administrarla mejor, lo que implica cuidar el consumo en los hogares, industriales, comercios, sectores productivos, tratar y reutilizarla con participación de los sectores productivos de la agricultura, ganadería e industria, y concientizar y educar, porque “sin un cambio cultural profundo, cualquier infraestructura será insuficiente”.
Uraga Peralta mencionó que el agua no es un recurso infinito y si no se establecen medidas desde ahora, “las próximas generaciones enfrentarán una crisis mayor sin una planeación hídrica, asignar presupuesto en infraestructura y generar ciudadanía inteligente en el uso y reúso del agua.