Smartshoring: cómo México puede liderar la relocalización inteligente y verde
El smartshoring se perfila como la evolución de los modelos tradicionales de relocalización de procesos como el nearshoring, onshoring y offshoring. A diferencia de estos enfoques, combina sus ventajas para trasladar operaciones logísticas, administrativas y de negocio hacia países con condiciones óptimas, no solo en costos, sino también en tecnología, conectividad y sostenibilidad.
Este modelo estratégico se basa en decisiones integrales que consideran eficiencia, innovación y colaboración, incorporando tecnologías emergentes como inteligencia artificial, análisis de datos y automatización avanzada. Su objetivo es construir cadenas de suministro ágiles, resilientes y sostenibles.
La sostenibilidad juega un papel central en el smartshoring. No solo implica relocalizar operaciones, sino hacerlo bajo criterios que reduzcan el impacto ambiental, promuevan energías renovables, optimicen recursos y fomenten tecnologías limpias. Así, esta estrategia permite a las empresas generar valor ambiental, social y económico a largo plazo.
Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) han ganado protagonismo en todo el mundo, y México no es la excepción. Estos permiten evaluar el impacto de las compañías más allá de su rentabilidad, incluyendo factores éticos y de responsabilidad social.
En este contexto, la inversión responsable se ha convertido en un pilar, al integrar factores ambientales en las decisiones de negocio para gestionar riesgos y obtener retornos sostenibles.
Cada vez más empresas adoptan este enfoque, entre ellas BBVA México, que ha diseñado estrategias para acompañar a organizaciones en su transición hacia el smartshoring sostenible. Como parte de su estrategia, BBVA México promueve con las empresas soluciones de financiación sostenible y herramientas personalizadas para apoyar en la transición hacia un futuro sostenible; muestra de ello es la recién lanzada herramienta de acción sostenible que genera una estimación automática de la huella de carbono de sus clientes a partir de la facturación de consumos energéticos y eléctricos.
Con ello, México tiene la oportunidad de trascender el modelo maquilador tradicional y convertirse en un verdadero polo industrial inteligente y sustentable. El smartshoring se perfila como la vía para consolidar una estructura productiva renovada, sustentada en la innovación del talento y en un firme compromiso con el medio ambiente.
“El smartshoring no se trata de producir más, sino de producir mejor: con talento, innovación y sostenibilidad.”
Aliarse con socios estratégicos como BBVA México resulta clave: entienden que el crecimiento empresarial ya no depende únicamente de la escala, sino de la capacidad para crecer con inteligencia.