La universidad de Harvard logra una victoria legal contra Donald Trump
Una jueza federal de Estados Unidos revocó la congelación de fondos ordenada por el gobierno de Donald Trump a la Universidad Harvard, una victoria para esta institución convertida en el símbolo de la cruzada del presidente contra algunos centros de educación superior.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha acusado a la prestigiosa universidad estadounidense de servir de caldo de cultivo para la ideología “woke”, un término peyorativo de la derecha para designar las políticas de fomento de la diversidad.
También la acusa de no proteger adecuadamente a sus estudiantes judíos e israelíes durante las protestas en el campus que exigían un alto el fuego en la Franja de Gaza.
En represalia, el gobierno del republicano retiró poco más de 2,600 millones de dólares en subvenciones federales a Harvard, incluidas las destinadas al sector salud, y revocó su certificación en el sistema Sevis, mediante el cual se autoriza a extranjeros a estudiar en Estados Unidos.
La jueza de distrito de Boston Allison Burroughs se pronunció tras el recurso presentado por Harvard contra las órdenes del gobierno.
“El tribunal revoca y anula” las decisiones de la administración al considerarlas una “violación de la Primera Enmienda” de la Constitución, declaró la magistrada en referencia a las órdenes emitidas a partir del 14 de abril de 2025.
En su fallo, Burroughs consideró que los recortes de fondos gubernamentales tienen poca incidencia en el problema de antisemitismo en el campus que la propia Harvard reconoció.
“Es evidente, incluso basándose únicamente en las propias admisiones de Harvard, que la universidad se ha visto afectada por el antisemitismo en los últimos años y podría (y debería) haber abordado mejor el problema”, escribió.
“Dicho esto, en realidad existe poca conexión entre la investigación afectada por la cancelación de las subvenciones y el antisemitismo”, agregó.
Cortina de humo
La jueza, nombrada por el expresidente demócrata Barack Obama, afirmó que las pruebas que había visto sugerían que Trump “utilizó el antisemitismo como cortina de humo para un ataque selectivo e ideológico contra las principales universidades del país”.
Esta decisión judicial aún está sujeta a apelación.
La batalla legal con Harvard, ubicada cerca de Boston, puede servir como referencia para otras instituciones de educación superior que han sido blanco del gobierno de Trump, como Columbia en Nueva York.
Al iniciarse la primera audiencia en Boston, en julio, Trump acusó públicamente a la jueza Burroughs de ser una notoria opositora y a Harvard de “ser antisemita, anticristiana y anti estadounidense”.
La universidad, por su parte, afirma haber tomado medidas para garantizar que los estudiantes y el personal judío o israelí no se sientan excluidos ni intimidados en el campus, al tiempo que sostiene que las medidas del gobierno federal “amenazaron” la libertad de expresión y la libertad académica.
Además de la congelación de becas que afecta a Harvard, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció a finales de julio la apertura de una investigación para determinar si la universidad cumplía con “todas las regulaciones” relativas a los intercambios con universidades extranjeras.
“El pueblo estadounidense tiene derecho a esperar que sus universidades protejan la seguridad nacional, cumplan la ley y proporcionen un entorno seguro para todos los estudiantes”.