Los retos del desarrollo
Actualmente, los retos para los países en desarrollo para avanzar en la solución de sus problemas de crecimiento y redistribución son mucho más grandes que en el pasado. Ello porque el contexto internacional no es favorable y hay que agregar dificultades internas.
Entre los factores externos están los siguientes: 1) un menor crecimiento económico mundial, 2) la interrupción de las cadenas de suministro, 3) una mayor volatilidad de los mercados financieros, 4) la decisión de EU de imponer aranceles a la importación de mercancías procedentes tanto de los países que son sus aliados como de sus enemigos, 5) el desmantelamiento del sistema estadounidense de ayuda al exterior, 6) la marginación de las instituciones internacionales de financiamiento, 7) el abandono de EU como fuerza estabilizadora para convertirse en fuente de volatilidad. Un ejemplo de ello es la insólita alineación entre Trump y Putin. En la pasada reunión en Alaska, un exagente de inteligencia y considerado criminal de guerra por la Corte Penal Internacional se impuso para que Trump acepte que Ucrania pierda el 20% de su territorio.
Entre los factores internos que limitan a los países en desarrollo sobresalen los siguientes: 1) el descuido de las políticas redistributivas que hacen que prolifere el populismo, 2) debilidad de los mercados financieros internos, 3) marcos regulatorios deficientes, 4) déficit de gobernanza, 5) precariedad del Estado de Derecho.
Para los gobiernos de los países de América Latina, todos países en desarrollo, es necesario crecer más rápidamente. Para lograrlo se requiere reformas que superen los obstáculos actuales.
Hay dos ejes fundamentales para el desarrollo económico y social. No son los únicos, pero son muy importantes. Una es la inversión productiva pública y privada en bienes de capital, fierros, equipo, infraestructura, tecnología. Ella permite el aumento de la actividad económica y la creación de empleos. En América Latina, esta inversión solo ha representado el 21% del PIB en los últimos 30 años, en tanto que en China es del 42% del PIB, lo que conduce a tener altas tasas de crecimiento económico.
El otro eje es la inversión en capital humano (salud, educación, seguridad social) que, además de valorar la dignidad y la movilidad social, permite tener recursos de calidad para ser empleables en el proceso productivo.
El círculo virtuoso es la combinación de democracia, eficacia económica, conservación ambiental y reducción de la polarización social.