Aquatech México 2025 busca impulsar soluciones a la crisis hídrica

Aquatech México 2025 busca impulsar soluciones a la crisis hídrica

México enfrenta una alarmante presión hídrica, con el 41.8% de su territorio bajo condiciones de sequía de moderada a excepcional; con estas condiciones, el país ocupa el lugar 26 a nivel mundial en estrés hídrico, una situación agravada por la contaminación del 60% de sus cuerpos de agua y el hecho de que el 77% de la población se concentra en zonas que disponen de solo el 33% del agua renovable. En este contexto, Aquatech México 2025 se ha posicionado como un evento clave para abordar este desafío, escuchando a los actores principales y de esa manera lograr soluciones, señalando lo que le toca a cada quien.

Este espacio espera reunir, del 2 al 4 de septiembre en Ciudad de México, a más de 100 expositores y 10,000 profesionales, para consolidarse como una plataforma estratégica de innovación y colaboración. Su objetivo es fungir como un punto de encuentro donde expertos, líderes del sector y tomadores de decisiones trabajen en conjunto para impulsar soluciones concretas.

Y es que la narrativa sobre la escasez del agua a menudo recae en la idea de que “la responsabilidad es de todos”, explica Marissa Mar, estratega y consejera sobre comunicación y educación en agua, lo que la diluye y evita que recaiga en alguien en específico. “Para poder actuar, es fundamental saber a quién le toca qué”. La gestión del agua tiene diferentes niveles de responsabilidad: la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a nivel nacional, los organismos operadores a nivel estatal y municipal, y los propios usuarios (industria, agricultura y población).

“Para que la ciudadanía pueda involucrarse de manera efectiva, se necesita más que un simple llamado a la acción. Los responsables deben proveer información clara y transparente sobre la cantidad y la calidad del agua a nivel de cuencas, estados y municipios”.

Un asunto de derechos humanos

Durante la presentación a medios, los voceros del sector hídrico coincidieron en que la crisis del agua no es solo un problema técnico, sino un asunto de derechos humanos y justicia social. Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua, subrayó la importancia de la inversión preventiva: “El valor del agua es crucial; cuando se invierte en prevención y en infraestructura hídrica, se evitan costos hasta 10 veces mayores frente a una crisis”. El experto señaló la necesidad de una mayor asignación presupuestal, mencionando que la inversión actual de 37 mil millones de pesos al año es insuficiente frente a la propuesta de 150 mil millones de pesos anuales durante 10 años para el sector.

Aseguró que existen tres pilares para poder resolver los temas de agua y esos son: Voluntad política, financiamiento presupuestal e innovación y tecnología. “Los organismos internacionales recomiendan a los países que al menos invierten entre un punto y un punto y medio de su Producto Interno Bruto en el sector hídrico. México está muy muy alejado de esa realidad, así no podremos tratar el agua, hoy no se hace de manera suficiente”. De alrededor de 4 mil plantas de tratamiento que hay en el país en general, la mitad, cerca de 2 mil están o subutilizadas o abandonadas por falta de presupuesto.

Agregó que otros temas que necesitamos es certeza jurídica para conocer las reglas del juego. Dijo que hay un marco normativo del agua que por cierto está próximo a replantearse en una nueva Ley General de Aguas, “que sea vigente y que dé certeza jurídica, no sólo para la inversión, sino como palanca de desarrollo, pues también el sector productivo necesita el agua para producir”.

Escalante concluye que es un buen momento para la gestión del agua. “Nosotros celebramos –y lo voy a decir con todo respeto, pero con toda firmeza–, que en este gobierno haya un interés por la gestión del agua, que sea una prioridad ¿Y por qué lo digo? Porque en este momento hay varios indicadores para saber si las autoridades tienen interés en que haya una mejor gestión. La primera es que haya un programa de largo plazo a 20 o 30 años, con el Plan Nacional Hídirico”.

Hoy en México el sector agrícola es el principal consumidor de agua con el 76% del 100% y de ese porcentaje se desperdicia el 60%. Esta es responsabilidad de una serie de factores donde no hay programas de apoyo ni tecnificación. El otro 14% es el público urbano, que es el del servicio doméstico. Sumado es el 90% del consumo.

<!–>Conferencia de Aquatech México.–>Enlace imagen

Conferencia de Aquatech México.Cortesía

¿De dónde vendrán las soluciones?

La tecnología hoy se presenta como un pilar fundamental en la búsqueda de soluciones para este desafío. Tamara Luengo, fundadora de Aqueducto y consultora en gestión del agua, destacó cómo la innovación se vuelve cada vez más accesible, incluso para proyectos pequeños. “La tecnología se está volviendo más accesible, permitiendo que incluso los proyectos más pequeños puedan tomar decisiones más rápidas y eficientes”, indicó.

Ejemplos de esta transformación incluyen el uso de sensores accesibles, sistemas de monitoreo inteligente y la aplicación de inteligencia artificial para optimizar las redes hidráulicas. Asimismo, se resaltaron modelos innovadores como el “Water as a Service” y los esquemas circulares, donde las plantas de tratamiento de aguas residuales, como las de Agua Prieta en Jalisco y San Pedro Mártir en Querétaro, generan su propia energía a partir de subproductos.

Por otro lado, dijo que la tecnología se democratiza, en gran medida, a través de los datos. “El mundo de los sensores y el monitoreo está cobrando un papel cada vez más relevante, haciendo que los medios para obtener información sean más accesibles y económicos. Sensores que hace una década eran inconcebibles ahora pueden costar tan solo unos pocos dólares, lo que permite a más proyectos y municipios pequeños tener datos en tiempo real para tomar mejores decisiones, optimizar operaciones y generar ahorros”.

Por último, el concepto del reuso y los modelos circulares se presentan como un camino clave. Al concebir la infraestructura y la tecnología dentro de estos esquemas, es posible mitigar costos y hacer las inversiones más rentables. “El agua de segundo uso tiene un valor inconmensurable, no sólo como fuente alternativa de agua, sino también como una fuente energética”.

Concluye que la tecnología por sí sola no es una “varita mágica” que resolverá todos los problemas. Su verdadera democratización y vinculación debe estar acompañada de otros elementos cruciales como el financiamiento, la voluntad política y el seguimiento a largo plazo para el mantenimiento de la infraestructura.

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