El déficit de la balanza comercial con China
En las sumas y restas, la relación comercial entre China y México le ha redituado poco o nada a nuestro país. Hay que recordar que, a pesar del tamaño de su mercado, los chinos sólo venden, no regalan y muchísimo menos compran. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se incrementó considerablemente la relación comercial entre ambos países, así como se fortalecieron todo tipo de vínculos sociales, culturales e incluso políticos. Ya sea de origen lícito o ilícito, el país se atascó de sus mercancías, los mexicanos como consecuencia, gozaron de productos de muy bajo costo, aunque muchas de las industrias mexicanas desaparecieron o están por hacerlo, ejemplo de ello son el calzado, cerillos, plásticos, juguetes y ropa. En menos de 6 años llegaron al país 17 marcas de automóviles chinos que nadie supo de dónde salieron y cómo llegaron, pero allí están compitiendo con automotrices que llevan siglos de existencia. Las comunidades y colonias han comenzado a ver cómo miles de ciudadanos chinos compran de contado y en efectivo manzanas enteras de propiedades que desplazan comercios y bodegas al tiempo que crece la existencia de tiendas de conveniencia con mercancía de aquel país porque es evidente que no vienen a consumir tortillas, jabón Roma o agua de horchata, sino sus productos.
El sistema económico capitalista chino, tiene el detalle de estar subsidiado de punta a punta por el Estado con lo cual sus empresas pueden competir casi con cualquiera. Bajo esta lógica, las empresas forzosamente requieren del apoyo del gobierno del país en el que se establecen de otra manera, sería difícil entrar a competir a sabiendas de que lo hacen en condiciones infinitamente más favorables que las domésticas. Así, los zapatos de origen chino vienen con inversiones de su gobierno quien imprime a discreción los billetes mientras el zapatero mexicano, no tiene de socio inversionista al gobierno mexicano. Al día de hoy lo único que se ha alcanzado en términos de nuestra balanza comercial es un déficit creciente. En el primer semestre de este año, mientras México le compró a China 62,000 millones de dólares, este país compró 4,500 millones de dólares, déficit que es 3.3% mayor que el registrado durante el mismo periodo en 2024.
No hay duda de que hacia adelante el gobierno de México tiene que replantear el costo beneficio que tiene el mercadeo de bienes y servicios con China y máxime que no han demostrado en 6 años su disposición a comprar más, mientras esto ocurre EU compra 213,000 millones de dólares al semestre (426,000 millones de dólares anuales) o lo que es lo mismo, le vendemos a los norteamericanos para que, con lo que nos pagan, les compremos a los chinos. El forcejeo arancelario con EU le ha costado al país cientos de millones de dólares (la exportación de jitomate cayó 19% en el mismo semestre), si China no está dispuesto a comprar más, es tiempo de replantear la notoriamente desfavorable balanza comercial para México.