Trump y Putin lanzan el G-2

Putin y Trump enviaron a Zelenski y a la Unión Europea al pie de página de una cumbre cuya música la puso el estadounidense y los contenidos, el ruso.

La diplomacia es la ciencia de los símbolos. Trump dedicó su G-2 con alfombra roja, tres aplausos y paseo en la bestia, a un presidente Putin desconectado por occidente tres años atrás.

Las coincidencias no son parte de una anomalía. Si Trump gobernara a Rusia y Putin a Estados Unidos algunas de sus frases coincidirían: hacer más grande a Rusia para reconvertirla en la Unión Soviética y llevar a cabo una operación especial para convertir a Canadá en el estado 51, a Groenlandia en el 52 y a Panamá en protectorado.

Para el presidente ruso la desaparición de la Unión Soviética fue la máxima tragedia del siglo XX; para el estadounidense la grandeza de su país se ubica en el siglo XX, cuando el sector automotriz floreció de la mano de materiales fósiles y los overoles teñían al país de color azul.

Los aranceles han convertido a Trump en un emperador. El “día de la libertad” de Estados Unidos representó el azote para el resto del mundo. La sensación de una venganza liberada por Trump, el justiciero.

Por muchas décadas el mundo le tomó el pelo a Estados Unidos, dijo Trump. Era el momento de sacar el látigo y repartir golpes en los cuerpos comerciales del mundo.

Pero regresemos a Alaska.

Trump es una fábrica de expectativas y Putin un político con más colmillos que muelas.

El estadounidense vendió a Fox News (El Granma en imágenes) un cese el fuego. Imposible. Putin se ha reinventado en tres años. Se ha comido 20% de territorio ucranio representado por cuatro provincias más Crimea.

Desde el pie de página, Zelenski insiste que no cederá ni un metro cuadrado. Esta sería la premisa de una guerra eterna.

Para Putin, el interés de la cumbre G-2 se centró en dos objetivos: regresar a la primera línea de la política internacional y pedirle a Trump que no castigue con aranceles a China y a India, dos de sus poderosos socios comerciales. De todo lo demás, Trump se encargaría de hablar, hablar y hablar.

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