Los agasajos de Trump no ablandan a Putin
La esperadísima cumbre en Alaska entre Donald Trump y Vladímir Putin no ha conseguido mover al líder ruso de sus exigencias para acceder a la paz en Ucrania. Pero no habrá sido porque el estadounidense no haya tirado la casa por la ventana para agasajar a su invitado, requerido por el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra y hasta ahora gran paria internacional, durante su reunión de dos horas y media en la base aérea de Elmendorf-Richardson, en el norte de Anchorage.
