Un México más industrializado; desbanca y cierra paso a potencias
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En Zinapécuaro, Michoacán, la tierra se prepara para abrir paso a la industria automotriz , de la transformación y la logística. A 35 kilómetros de Morelia, nace el primer Polo de Desarrollo para el Bienestar de la era Claudia Sheinbaum. No es un parque más. Es la pieza visible de un plan que busca transformar a México en una de las economías más poderosas del mundo. México ya ocupa un lugar en el mapa industrial global. En 2023, se posicionó en el octavo sitio del ranking del Banco Mundial sobre valor de producción industrial, desplazó a Corea del Sur e Indonesia de los primeros diez lugares.
El arranque
En 2024, México mantuvo su lugar, dejó atrás a Italia, y está cerca de alcanzar a Reino Unido y Rusia, aunque aún distante de China y Estados Unidos. Su valor de producción industrial supera los 586,000 millones de dólares, el más alto de América Latina. El objetivo ahora es consolidar un liderazgo. La presidenta Claudia Sheinbaum lo impulsa con una estrategia más estructurada: detonar una serie de Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis). Su plan contempla sumar alrededor de 30 Podebis, una figura de reindustrialización que nació durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec en el Sur-Sureste, pero que ahora se expande al resto del país como parte del Plan México. Los proyectos de ambas administraciones alcanzarán los 42 polos. Los sectores estratégicos definidos abarcan desde agroindustria, aeroespacial, automotriz, semiconductores, dispositivos médicos y bienes de consumo, hasta energía, petroquímica, economía circular, industria del papel, metalmecánica y logística. La Secretaría de Economía ve a los polos como núcleos de certidumbre en un mundo de volatilidad. Las tensiones comerciales, los cuellos de botella en el suministro y las nuevas reglas del comercio global han colocado a México en una posición estratégica. La apuesta es clara: aprovechar esa ventaja no solo para exportar más, sino para producir mejor. El Foro Económico Mundial incluye a México entre los seis países que crecen con éxito en manufactura. El informe Beyond Cost: Country Readiness for the Future of Manufacturing and Supply Chains destaca que ya no se trata solo de costos, sino de resiliencia, rendimiento y sostenibilidad. En ese terreno, México se presenta como un caso ejemplar. Ha desarrollado una base industrial robusta, sobre todo en sectores como electrónica y automoción, y ha sabido integrarse a las cadenas globales con políticas públicas pro-inversión. El documento también reconoce la visión mexicana por combinar apertura comercial, innovación tecnológica y un entorno favorable a los negocios. En resumen, México deja de ser un país maquilador para transformarse en un actor competitivo del presente y del futuro manufacturero global. La estrategia ya se encuentra en marcha. El primer Podebi formalizado fue anunciado el 29 de julio en Zinapécuaro, Michoacán. Se trata del Parque Industrial Bajío, un proyecto de 342 hectáreas ubicado dentro de su Zona Metropolitana. El lugar ofrece acceso directo a la autopista federal 120 y conecta con Querétaro, Toluca y el Valle de México. Además, se encuentra a siete kilómetros del aeropuerto internacional y cuenta con conexión ferroviaria hacia el puerto de Lázaro Cárdenas y hacia la red de Canadian Pacific Kansas City, que enlaza con Estados Unidos y Canadá. Este polo destaca por su infraestructura, su apuesta por la energía limpia y su cercanía a los principales corredores logísticos del centro del país. Alineado con los objetivos del Plan México, el parque busca atraer inversión de alto valor estratégico y dinamizar de forma sostenible la economía regional. El segundo anuncio llegó el 6 de agosto. Chetumal, en el extremo sur de Quintana Roo, albergará un nuevo polo con una superficie de 87.8 hectáreas. Cumple todos los criterios establecidos en los lineamientos publicados por el Diario Oficial de la Federación. Su conectividad es privilegiada: se encuentra a 3.5 kilómetros del aeropuerto internacional, a dos del puerto marítimo y muy cerca de una estación del Tren Maya. Su ubicación permite detonar la actividad productiva en una zona históricamente marginada del desarrollo industrial. Los sectores prioritarios abarcan la agroindustria, la industria textil, la metalurgia, las tecnologías de la información, la energía eléctrica, el comercio internacional y la logística. Los Polos de Desarrollo para el Bienestar se perfilan como una herramienta con capacidad de cambiar el rostro económico del país. No solo representan un esfuerzo para descentralizar la industria, también abren una nueva etapa en la relación entre gobierno e inversión. A diferencia de programas pasados, este no se limita a ofrecer tierra o exenciones fiscales. Incluye visión estratégica, planeación territorial, coordinación institucional y metas claras. Expertos coinciden en que el despliegue completo de los polos llevará tiempo. No todos contarán con la misma tracción política ni con los mismos incentivos regionales. Sin embargo, el simple hecho de colocar la política industrial nuevamente al centro del debate económico representa un giro importante en la trayectoria del país. Los polos ofrecen una ruta, pero falta saber si el país logrará sostenerla.
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