“México buscará bajar su superávit comercial con EU”

Luego de que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum consiguió que la administración de su homólogo Donald Trump otorgara una nueva tregua arancelaria a México –ahora de 90 días–, el trabajo para construir una solución común a las preocupaciones comerciales de Estados Unidos no se detiene.

Una de ellas, el creciente superávit comercial de nuestro país en el comercio bilateral, se aborda ya por el gobierno mexicano con acciones para identificar los mercados en donde hay oportunidad para que las empresas establecidas en territorio mexicano opten por una mayor proveeduría estadounidense.

“Estamos trabajando en nuestra política comercial para depender menos de aquellos países con los que no tenemos tratados comerciales y tratar de comprarle un poco más a los Estados Unidos sin que eso lastime a nuestra industria”, afirma Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía.

Para conseguirlo, el gobierno mexicano ya analiza en cuáles sectores hay una competencia entre productos estadounidenses y de otros países, sin que haya diferencias sustantivas de precios, con el propósito de informar a las empresas compradoras la conveniencia de “comprar americano”.

“Estamos trabajando en ello para ubicar, por fracción arancelaria, qué importamos de Asia o de países con los que no tenemos tratado comercial para traer algunas cosas que, al mismo tiempo estamos importando de manera importante de los Estados Unidos o sabemos que se producen ahí”, contó a El Economista.

El pasado viernes 25 de julio, a unos días de la fecha marcada por Washington para la entrada en vigor de un alza arancelaria de 25% a 30% a las exportaciones mexicanas que no cumplieran con el T-MEC –el 1 de agosto– (lo que no finalmente, no ocurrió), la presidenta Claudia Sheinbam reveló que su gobierno propuso elevar las compras de productos estadounidenses para atender la preocupación del gobierno de Donald Trump sobre el creciente superávit comercial de México.

“México compra a muchos países con los que no tiene tratado comercial. Si se deja de comprar no solamente el gobierno, sino los privados, y disminuyen las compras a los países con los que no tenemos tratado y se fortalece la compra a productos de Estados Unidos, sin que esto genere inflación, evidentemente, es una manera de bajar el déficit comercial (de Estados Unidos)”, dijo.

De enero a mayo, el superávit comercial de México con Estados Unidos creció 16.6% a un máximo histórico de 79,442 millones de dólares, con lo que hiló cinco años de batir récords. Este monto equivalió casi tres veces a superávit de Canadá en el mismo período (27,381 millones de dólares), pero fue 22.1% inferior al superávit de China (101,963 millones de dólares).

“De inicio trataremos de sustituir aquellos productos en donde, por ejemplo, traigo el 30% de China, pero traigo el 40% de Estados Unidos. Eso quiere decir que hay un precio más o menos que compite. En donde hay competencia vamos a decirle nosotros a las propias empresas: ‘váyanse por acá, en lugar de por acá’, porque a veces falta información. Y así nos ayudan a controlar el déficit (de Estados Unidos). Ese es un tema que nos preocupa mucho”, explicó Luis Rosendo Gutiérrez, quien en estos meses reparte su tiempo entre la Ciudad de México y Washington, encabezando al equipo negociador mexicano.

Cosecha frutos

Entre los países con los que Estados Unidos tiene tratados de libre comercio, México fue el que obtuvo el mejor trato arancelario al concluir el plazo de 90 días y una posterior prórroga de 23 días que dio Washington para aplicar su nueva política comercial, anunciada el pasado 2 de abril en lo que Donald Trump llamó el “Día de la Liberación”.

Con un arancel cero para aproximadamente 85% de sus exportaciones, uno de 25% a las que están fuera del T-MEC y un descuento para el arancel que se aplica a las exportaciones automotrices, México supera, por el momento, las condiciones dadas a Canadá, país también socio del T-MEC, cuyas exportaciones –al menos aquéllas que no cumplen con el tratado– son gravadas con un arancel de 35%, un alza desde el 25% vigente hasta el pasado 31 de julio.

Para Luis Rosendo Gutiérrez, el mejor trato logrado por México es un éxito evidente de la estrategia de negociación de “cabeza fría” ideada por la presidenta Sheinbaum e instrumentada por el equipo dirigido por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.

“Me parece que lo que se vio con el trato diferenciado de Canadá a México es el reflejo de la estrategia que cada uno de los países ha tomado. Desde un principio, Canadá tomó la decisión de tener un rol un tanto más antagonista con los Estados Unidos, inclusive con México”.

La consistencia del enfoque mexicano, explica, ha sido una de las claves. “A veces pareciera que Canadá ha recurrido a diferentes estrategias y México se ha mantenido en una sola, que creo que hoy manda una señal clarísima: que a un país le pongan el 25% y al otro le pongan el 35% de arancel, me parece que es una señal contundente de la diferencia en los trabajos que hemos hecho en Washington ambos equipos”, refirió.

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