Tenemos la prórroga, ¿qué pasa con las barreras no arancelarias y con el T-MEC?
¿Qué significa la prórroga de tres meses que pactó México con Estados Unidos? Si me permiten, usaré una metáfora: todos estábamos en alerta máxima porque el 1 de agosto nos iba a golpear un huracán categoría 5. De último momento, la situación cambió: el huracán no pegó en nuestra costa, pero no nos ahorramos las lluvias y los cielos siguen encapotados.
Es una buena noticia el acuerdo anunciado luego de la llamada telefónica entre Trump y Sheinbaum. Esta prórroga es algo positivo, sin duda, pero no acaba con la incertidumbre ni elimina las cargas tarifarias que estaban en vigor para el acero y aluminio; autos y autopartes… el impuesto al jitomate. Si quieren quedarse con la foto del vaso medio lleno, recuerden que 84% de los productos de México siguen accediendo al mercado de Estados Unidos sin pagar aranceles.
Vendrán 90 días muy complicados. Hay un acuerdo en materia de seguridad que seguramente no se difundirá en detalle. En el terreno económico, quizá veremos qué quiso decir @realDonaldTrump cuando escribió que México aceptó eliminar inmediatamente las barreras no arancelarias: “Mexico has agreed to inmediately terminate its Non Tariff Trade Barriers, of which there were many”.
Barreras no arancelarias son aquellas políticas, regulaciones o prácticas que le complican la existencia a las empresas de otros países. Esto puede significar la entrada de sus productos o la operación en territorio mexicano. ¿Pondrá la Casa Blanca en la mesa las decisiones que ha tomado el gobierno mexicano en materia energética para proteger a Pemex y CFE de la competencia de otras empresas?
Este es uno de los temas en los que podría haber choque de trenes. El T-MEC establecía compromisos de apertura y competencia en petróleo y sus derivados. La 4T hizo del rescate de Pemex una de sus banderas y justificó los obstáculos a los extranjeros con una narrativa nacionalista que no es compatible con un tratado de libre comercio.
El capítulo energético es vital y las posibles controversias van más allá del estatus de Pemex. Hay dos visiones del contrabando de combustible (huachicol fiscal) y está por verse qué tanta colaboración puede haber para resolver este problemón. Más allá, hay que tener en cuenta que México se volvió extremadamente dependiente del abasto estadounidense en gasolina y gas natural. En tiempo de Trump, dependencia extrema es vulnerabilidad extrema. ¿Qué pasaría si pone restricciones a la venta de gas o gasolina a México?
La lista de barreras no arancelarias que Estados Unidos podría reclamar es grande, “there were many”, dice en su post @realDonaldTrump. Podemos apostar que Estados Unidos retomará el tema del aeropuerto de la Ciudad de México y el AIFA, que tuvo afectaciones para las aerolíneas y las empresas de carga estadounidenses. Quizá veamos regresar el pleito con Vulcan, una empresa que operaba en Quintana Roo una mina de piedra caliza y un puerto. Los activos fueron expropiados el último mes del gobierno de López Obrador. Son 2,400 hectáreas que el gobierno mexicano pretende convertir en Área Natural Protegida. Vulcan ha llevado sus reclamos por cauces judiciales. En el nuevo contexto, esto podría costar cientos de millones de dólares al gobierno mexicano, además de una rectificación.
Propiedad intelectual es otro de los frentes abiertos. Estados Unidos ha expresado sus críticas a la forma en que se violan los derechos de las empresas de Estados Unidos, en productos y servicios tan diversos como software, música y películas en línea, videojuegos, marcas de ropa y calzado. En abril, México fue incluido en la lista negra de la United States Trade Representative en un informe publicado en abril.
Para entender cómo son las exigencias del gobierno de Trump en este asunto, la USTR reclama a México por la reducción de presupuesto del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual. Expresa su molestia porque no se publicaron las leyes secundarias de la Ley de Protección a la Propiedad Industrial en 2020. En el texto que justifica la inclusión de México en la lista negra dice: “(México) continúa sufriendo de una muy extendida importación, manufactura, venta y reexportación de bienes falsificados”.
Hay algo de referencia velada a China, cuando la USTR dice lo de venta y reexportación de productos y bienes falsificados. ¿Cuánto presionará Estados Unidos en estos 90 días para que México ofrezca más pruebas de que quiere marcar distancia con China? Esta es una de tantas preguntas que buscarán respuesta en estos 90 días.
En este día de prórroga (que no tregua), vale la pena comparar los comunicados y la comunicación de Donald Trump y Claudia Sheinbaum; del gobierno mexicano y del gobierno estadounidense. Llama poderosamente la atención que en México se enfatiza la importancia del T-MEC y en Estados Unidos no se habla del acuerdo comercial con su nombre y apellido. El post de Trump habla de la complejidad de un deal con México, pero no hace referencias directas al USMCA. ¿Esto es un aviso de lo que viene con la renegociación del T-MEC? Con Trump, lo único que sabemos es que no sabemos nada.