Los errores más costosos en los grandes proyectos inmobiliarios en México (y cómo evitarlos)

Los errores más costosos en los grandes proyectos inmobiliarios en México (y cómo evitarlos)

Cuando un proyecto de construcción fracasa, rara vez es producto de un solo error. Generalmente es la consecuencia de una cadena de decisiones apresuradas, proyecciones poco realistas y procesos poco claros que se acumulan hasta que la realidad termina por colapsar la operación. 

Las empresas en México no son ajenas a este escenario; desde la infraestructura de proyectos hasta la expansión de corporativos privados, los errores más costosos suelen repetirse. Lo más preocupante es que muchos de ellos podrían haberse anticipado desde la etapa de planeación.

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Uno de los errores más recurrentes es subestimar la complejidad del entorno. Muchas veces se asume que todos los factores clave se mantendrán estables y que los procesos fluirán según lo planeado. Sin embargo, la realidad suele presentar condiciones cambiantes, como proveedores que modifican sus tiempos de entrega, equipos que no siempre están disponibles cuando se requieren y variables operativas que evolucionan de forma inesperada. No considerar estos escenarios lleva a proyecciones poco realista que después se traducen en sobrecostos y extensiones de tiempo imposibles de justificar.

Otro error frecuente es asumir que el presupuesto aprobado será suficiente hasta el final y que, ante cualquier imprevisto, siempre existirá la posibilidad de solicitar recursos adicionales.

Un Project Manager debe trabajar con la conciencia de que los costos pueden fluctuar en cualquier momento y que depender de fondos adicionales es una apuesta riesgosa.

La responsabilidad está en buscar constantemente oportunidades de ahorro y desde el inicio, prever una reserva presupuestal que permita absorber aumentos inesperados en precios de materiales, servicios o mano de obra.

Anticipar estos movimientos financieros no solo protege al proyecto, también asegura que el capital disponible sea suficiente para concluirlo sin contratiempos ni solicitudes extraordinarias al cliente. Prever, ajustar y optimizar se vuelven tareas esenciales para evitar faltantes que puedan comprometer la entrega.

Adicionalmente, el exceso de confianza puede jugar en contra, por ejemplo: es común que las empresas repliquen modelos de trabajo exitosos en diversos estados o incluso en otros países, asumiendo que tendrán el mismo desempeño en México; sin embargo, lo que funciona en otros lados no siempre es replicable. Factores como la cultura laboral, la infraestructura local y la disponibilidad de talento especializado cambian las reglas del juego. Quienes no escuchan a los equipos locales ni adaptan sus estrategias al contexto específico abren la puerta a errores que, con un poco de sensibilidad, habrían podido prevenirse.

La falta de comunicación efectiva entre las diferentes áreas involucradas es otro factor que puede aumentar los riesgos. Cuando las decisiones se toman de manera aislada y sin visibilidad, los equipos terminan avanzando en direcciones contrarias. Esto genera retrabajos, confusión, pérdida de tiempo y, sobre todo, pérdida de dinero. Coordinar no significa solo convocar reuniones, significa alinear prioridades, garantizar que la información crítica fluya en tiempo real y que los responsables tengan las herramientas necesarias para anticipar desviaciones antes de que se conviertan en problemas mayores.

Los grandes proyectos pueden transformar empresas y ciudades, pero también pueden convertirse en ejemplos de fracaso si no se ejecutan con orden, visión y disciplina. La experiencia en México muestra que los errores más costosos no siempre son técnicos ni financieros, suelen ser errores de enfoque, de comunicación y de falta de prevención. No obstante, evitarlos no es imposible; implica escuchar, planear con rigor, anticipar escenarios adversos y tener la humildad de ajustar la ruta cuando las condiciones cambian.

La capacidad de llevar un proyecto del papel a la realidad sin que se desmorone por el camino no es un golpe de suerte, es el resultado de entender que la excelencia no se improvisa.

** El autor es director ejecutivo de Proyectos y Desarrollos JLL México

Es Ingeniero Civil por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con la certificación LEED AP Building Design + Construction. Con más de 30 años de experiencia, Gutiérrez Ochoa es un profesional en el sector de la construcción y en la administración de proyectos. Como director del área de Proyectos y Desarrollos de JLL México, lidera a un equipo de más de 300 Project Managers.

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