Guerra comercial se intensifica: Trump impone, Sheinbaum resiste
Donald Trump sigue agrediendo al mundo y afectando la economía global. Desde el 7 de julio, ha enviado cartas a los gobernantes de 22 países, notificándoles que a partir del 1 de agosto sus exportaciones a EU enfrentarán aranceles de entre 20% y 50%, salvo que negocien acuerdos bilaterales. A esto se suma un arancel base del 10% a todas las importaciones, anunciado en abril.
El golpe es profundo. China, Japón, Corea del Sur, Brasil, Chile, México, Indonesia, Tailandia, Sudáfrica, Camboya, Bangladesh, entre otros, están ya resintiendo los efectos. En paralelo, Trump impuso un arancel del 50% al cobre refinado, sin carta de por medio, afectando directamente a Chile, Perú, México y Canadá, que abastecen más de la mitad del cobre que consume EU. La medida hizo que los futuros del cobre en el Commodity Exchange (COMEX) subieran más del 12% en un solo día, alcanzando precios récord, presionando al alza los costos en sectores como construcción, autos, telecomunicaciones y defensa.
En EU, los precios al consumidor ya reflejan la guerra tarifaria, con alimentos, ropa, electrónicos y autopartes como los más afectados. El costo adicional para los hogares podría oscilar entre 1,900 y 2,300 dólares anuales, según cálculos diversos. Las empresas están traspasando hasta el 70% del sobrecosto a sus clientes, mientras absorben el resto en forma de menores utilidades, lo que se traducirá en un descenso en las ganancias trimestrales.
A nivel global, el PIB podría caer hasta 0.8% si todos los aranceles entran en vigor. Canadá vería una caída del 1.9% y México y China, de entre 0.4 y 0.6 puntos. En América Latina, Brasil ha respondido con amenazas de aranceles recíprocos, mientras su moneda y su bolsa se desploman. En Asia, países como Camboya, Laos y Bangladesh —fuertemente dependientes del mercado textil estadounidense— están ya viendo cancelaciones de pedidos. Sudáfrica enfrenta la pérdida de contratos de exportación minera y automotriz.
México, aunque no recibió carta formal, es uno de los países más castigados: además del 10% general, enfrenta el arancel del 50% al cobre, 25% a autos y autopartes y productos que no cumplen reglas de origen bajo el T-MEC.
El Banco de México estima que los aranceles de Trump podrían restar hasta 0.6 puntos porcentuales al PIB en 2025, lo que ya está generando suspensiones de operaciones, cancelaciones de pedidos y despidos en sectores clave de la industria.
El escenario más probable —a menos que se reviertan los aranceles o lleguen inversiones extraordinarias— es que México cierre el año con un PIB estancado o en ligera recesión, en un rango de –0.5% a +0.1 por ciento. Esto implicaría la pérdida de miles de empleos formales, presión adicional sobre ingresos fiscales y gasto público y riesgo creciente de que las agencias calificadoras revisen la perspectiva crediticia del país.
Si no se alcanzan acuerdos antes del 1 de agosto, la factura será aún más costosa: más inflación, menos inversión, estancamiento global y más presión política interna en todos los países afectados. Trump ha convertido las cartas arancelarias en su principal herramienta de intimidación económica. Trump impone. El resto reacciona. Y Claudia Sheinbaum, por ahora, resiste y negocia.
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