El giro de Canadá deja a Europa en la estacada
La decisión de Canadá de eliminar un impuesto a los gigantes tecnológicos estadounidenses bajo la presión del presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, alimenta la preocupación sobre el futuro de tales gravámenes en otros países, particularmente en Europa.
“En la actualidad, aproximadamente la mitad de todos los países europeos de la OCDE han anunciado, propuesto o implementado” un impuesto a los servicios digitales en espera de una acción global, dijo la Tax Foundation, un grupo de expertos que apoya la introducción de dichos impuestos.
Sin embargo, el futuro de tales medidas no está claro después de que el Grupo de los Siete (G7) países acordara el sábado eximir a las empresas multinacionales estadounidenses de un impuesto mínimo global impuesto por otros países.
La medida provocó una reacción mordaz por parte del economista y ganador del premio Nobel, Joseph Stiglitz.
“Se trata de algo más que comercio: se trata de si los gobiernos elegidos democráticamente pueden regular y gravar a las corporaciones poderosas o si los multimillonarios tecnológicos pueden dictar políticas a través de representantes políticos”, dijo.
Austria, Brasil, Reino Unido, Francia, India, Italia, España y Turquía forman parte de la docena de grandes países que han impuesto o planean imponer impuestos especiales a las grandes empresas tecnológicas.
El objetivo es obligarles a pagar impuestos allí donde realizan sus negocios.